SE PUEDE DECIR...
Que los inmigrantes con una megamarcha acorralaron al Tío Sam.
PERO NO SE PUEDE DECIR...
Que ahora tendrán que padecer las consecuencias. Los yanquis que estaban acostumbrados a ver de larga distancia y en la comodidad de su hogar las marchas y protestas, ahora se quedaron estupefactos al sufrirlas en carne viva en su propio territorio, al manifestarse los inconformes, que se armaron de valor, sacando las uñas para desafiar de frente al Gobierno estadounidense por las medidas que pretende establecer contra ellos, que de llevarlas a cabo, seremos testigos de uno de los acontecimientos más explosivos que jamás se hayan suscitado en suelo norteamericano y será tan vigoroso el movimiento como lo es esa potencia.