Ochoa mantiene su sencillez y tranquilidad; extraña vivir en una camioneta con su hermano, para pescar en donde la carretera los llevara.
El Universal
MÉXICO, DF.- Lorena Ochoa es tan tranquila en la vida real como aparenta serlo en los campos de golf. Lidera la carrera por ser la mejor jugadora de 2006 y, además, es la golfista que más dinero ha hecho en este año por su desempeño. Lleva ganados más de dos millones de dólares en premios. La golfista mexicana vive el mejor momento en sus cuatro años en la Asociación Femenil de Golfistas Profesionales (LPGA, por sus siglas en inglés), y tiene los pies en la tierra.
Lorena tiene una esperanza: que cada golpe suyo ayude a que el deporte que ama sea cada vez más popular en México. Algo difícil en el corto plazo. Pero nadie le puede negar que ha roto con varios estereotipos apegados a esta actividad, por mucho tiempo acaparada sólo por los estratos sociales más altos.
Esa niña prodigio de los campos de golf de Guadalajara señala que pese al éxito, ella misma sabe muy bien que sigue dentro de un proceso que no termina, pero que tiene una meta: dominar el golf como alguna vez lo hizo la sueca Annika Sorenstam. Es a la nórdica a la que enfrentó este fin de semana en California, en el llamado Campeonato Mundial de Golf, en el cual sólo participaron las mejores 20 golfistas del orbe.
Ochoa sigue hablando con humildad. Sencilla como ha sido, desde que hizo suyos los campos de Jalisco, desde que logró una beca con la Universidad de Arizona y desde que logró su tarjeta para la LPGA, las ?grandes ligas? del golf femenil.
Lorena es envidiada en estos momentos por toda la nómina de golfistas de la gira estadounidense, entre ellas la propia Sorenstam, a quien muchos comparan con el mismo Tiger Woods y lo hecho por él en la PGA. Pero la estafeta está por cambiar de manos... y es inminente que el siguiente relevo sea mexicano.
¿Cómo asimilaste tu victoria en Morelia, tu primer triunfo en México?
? Han pasado los días, pero el sentimiento de emoción sigue siendo el mismo. Es algo que simplemente no podré olvidar jamás, la primera vez que pude compartir una victoria con mi gente.
¿Te nubla en ocasiones ser la primera en ganancias esta campaña, y también la primera en puntos de Jugadora del Año?
? Trato de no pensar mucho en el dinero, en serio. Claro que esas clasificaciones son importantes, pero yo pienso sólo en jugar, si juego bien, lo demás se va a dar por sí solo.
Con todos los éxitos, ¿cuál ha sido la parte más difícil de manejar fuera del golf?
? Los compromisos con patrocinadores o con los medios de comunicación son parte de esto, así es como uno tiene que asimilarlos. La verdad no es algo que a mí me incomode, lo hago con gusto y también ayuda a que el golf sea cada vez más popular en México.
¿De qué forma has detonado la reciente popularidad en México por el golf?
? Hay muchas cosas que lo hacen difícil, en México lo que más gusta es el futbol, entonces los espacios para muchos otros deportes no son tan grandes, pero poco a poco esto va cambiando; siento que lo que hace falta es que haya más golfistas mexicanas en la LPGA, eso ayudaría mucho a que más niñas y niños tuvieran interés.
¿En qué se basa principalmente tu éxito de esta temporada?
? Manejar mejor la presión, sin duda, fue algo en lo que más me enfoqué en el receso de temporada. Obvio que eso también sólo te lo da el tiempo, la experiencia. Este es mi cuarto año en la LPGA, y voy en ascenso, pero es gracias al proceso que he tenido, a los planes que me han salido bien. Me siento muy bien con mi juego, trato de jugar bien una semana a la vez, y concentrarme en eso, paso a paso.
¿Te imaginabas resultados así en la pretemporada?
? Sabía que tenía el golf como para ganar muchos torneos, para estar seguido dentro de las primeras diez en cada torneo. Eso te lo da la misma confianza que adquieres, cuando has realizado una buena preparación. He llegado a torneos esperando ganar, pero había veces que simplemente las cosas no se daban.
¿Cómo has ido madurando conforme han pasado las temporadas?
? Creo que lo principal ha sido manejar la presión, ahora lo he hecho muy bien. Me gusta la presión, como la que viví en Morelia, por estar en mi país, y los resultados ahí están, me fue muy bien. También otra cosa que me ha ayudado es ser más consistente de torneo a torneo y de ronda en ronda; mantener un mismo nivel. Las cosas que he mejorado en mi swing, esos pequeños aspectos los he ido reforzando, siempre con el apoyo de mi coach, Rafael Alarcón.
En la segunda parte del año pasado tuviste problemas, en un par de ocasiones no lograste pasar el corte y cambiaste de caddie...
? Siempre dije que había que ver la foto grande, estaba en el cuarto lugar del mundo. Sí, fue entonces una temporada irregular, pero que seguía dentro de los primeros cinco lugares. Fue un año de ajustes y los resultados se están viendo ahora.
Estás a punto de relegar a Sorenstam del primer lugar de Jugadora del Año.
? Bueno, sería muy bonito que ese logro fuera para México. Yo estoy echándole todas las ganas, pero la gira todavía no termina, ya veremos qué pasa.
¿Te quedas con alguna espina clavada?, ¿quizá por los cinco torneos que terminaste segunda?
? No, ha sido un gran año para mí, y no quiero adelantarme. Me faltó ganar un Major, es cierto, aunque Morelia fue para mí como un Major. Las cosas se tienen que dar poco a poco, no me presiono.
¿Extrañas algo de tus inicios, cuando no había tanto ruido alrededor tuyo?
? Recuerdo que a mi hermano (Alejandro) y a mí nos encantaba ir de pesca, compramos una camioneta que es una como minivan y ahí vivíamos, en la parte de atrás pusimos unos tubos y ahí teníamos nuestra ropa colgada, era nuestra casa, y poco a poco nos fuimos comprando cosas; si veíamos un lago en la carretera, nos parábamos y pescábamos, y no sé, como que todo era mucha chispa, muy intenso y muy divertido.
Siempre fuiste muy cercana a Alejandro, quien fue tu caddie en los primeros años. ¿Cómo recuerdas el día en el que tú ganaste tu primer torneo en la LPGA y él conquistó el Everest?
? Eso fue... bueno, dos milagritos el mismo día, fue muy especial, y fue muy bonito que nos pudimos comunicar inmediatamente para compartir lo que habíamos hecho.
