La pena máxima ha marcado la historia de varios equipos en los Mundiales.
EFE
Los aborrecibles penaltis de los partidos con prórroga, fuente de alegría o de frustración, llegan al Mundial con toda su carga de adrenalina, capaz de romper los nervios de los lanzadores más seguros.
El segundo partido de los octavos, el Argentina-México, entró en la prórroga con la sombra de los penaltis acechando, pero el argentino Maxi Rodríguez no quiso sufrir más de la cuenta y anotó, con una espectacular volea, en el minuto 98 el 2-1 que colocó a su selección en los cuartos de final.
El otro partido de octavos finalizó con la victoria de Alemania sobre Suecia por 2-0. Los anfitriones y los argentinos están citados en Berlín el próximo día 30 para disputarse una plaza de semifinales.
Un simple tiro desde 11 metros puede llevar a la gloria al delantero que marca o al portero que detiene. En este último caso, los delanteros se alejan con la mirada perdida del área, conscientes de que el fallo les acompañará toda la vida.
Momentos cruciales
Y los fallos no distinguen la categoría de los jugadores. Le puede tocar tanto a una estrella como a un novato. La historia de los mundiales está llena de estos momentos dramáticos o eufóricos.
En 2002, el español Joaquín tuvo en sus botas las esperanzas de España para acceder a las semifinales. El portero Myung Bo Hong detuvo su lanzamiento y las ?furias rojas? se marcharon a casa.
Unos días antes, la suerte suprema había bendecido a España. El portero Iker Casillas fue el héroe en octavos al detener dos de los penaltis irlandeses en la serie fatídica. ?Todavía me duelo el corazón?, dijo Joaquín después del partido.
El futbol juega con el destino. Joaquín había sido el mejor jugador del partido contra Corea y el fallo en el penalti borró todo su esfuerzo.
Le ocurrió lo mismo al italiano Roberto Baggio en Estados Unidos 1994. Había sido el artífice de la llegada de Italia a la final contra Brasil, pero falló en la tanda de penaltis que siguió a la prórroga, en un partido sin goles. ?Esto es una lotería que depende de la fortuna?, manifestó el seleccionador italiano Arrigo Sacchi.
A hierro muere
Era el segundo Mundial consecutivo en que Italia era castigada en la tanda de penaltis, si bien cuatro años antes la maldición había caído en las semifinales contra la Argentina de Diego Armando Maradona.
El ?pibe de oro? no falla, pero sí lo hacen Donadoni y Serena, cuyos lanzamientos son parados por el portero argentino Goycochea, el héroe albiceleste.
La alegría argentina dura hasta la final contra Alemania. De nuevo un penalti, esta vez injusto, pitado por el árbitro mexicano Edgardo Codesal en el minuto 84. Brehme acaba con el sueño de Maradona.
Duele que sigue
En el Mundial de México, en 1986, España y México pagaron el precio de los penaltis en cuartos de final. Los aztecas cayeron ante Alemania por 1-4 (el partido había finalizado con empate a cero), mientras España perdió 5-4 después de empatar a uno en el tiempo reglamentario con Bélgica.
En Sevilla, en las semifinales de España 1982, después de un partido memorable que finalizó con empate a tres goles en la prórroga (1-1, tras los 90 minutos), Alemania se gana el billete de la final con un 5-4 en la tanda.
Platini, Genghini, Giresse, Tigana, cuatro artistas contra los recios alemanes Stielike, Karl-Heinz Foerster, Briegel, Breitner. Pierre Littbarski y Platini anotaron en el tiempo reglamentario. Francia se adelantó con 3-1 en la prórroga, pero a los 112 minutos Rummenigge acortó para que seis minutos después Fischer empatara.
Fue la primera vez que una semifinal de un Mundial se decidió en los penaltis. Ganó Alemania, que en el Santiago Bernabéu se encontró con la mejor Italia y perdió la final por 3-1, goles de Rossi, Tardelli y Altobelli para los azzurri? y de Breitner para los teutones.
La eliminación por penaltis fue considerada por muchos un aberración. La FIFA probó la regla del ?gol de oro? en 2002, pero le llovieron también tantas críticas que en Alemania retornó a los penaltis.