La semana pasada los bonos soberanos de México llamados UMS (United Mexican States) colocados en el extranjero, tuvieron una baja importante en la relación ?riesgo-país? es decir en la diferencia entre las tasas de interés que paga la deuda mexicana y la que pagan los bonos del Tesoro de Estados Unidos.
Así, dicho riesgo-país bajó a un nivel histórico de 94 puntos base, lo que lo coloca como el mejor país en términos de riesgo financiero dentro de los llamados países ?emergentes? de América Latina, con excepción de Chile que cuenta con 64 puntos base.
Estos 94 puntos base, significan el diferencial de tasas de interés respecto de los bonos de EUA, así por ejemplo: si la deuda de largo plazo de dichos bonos se paga en 4.50 por ciento anual, la de México al colocar deuda pagará .94 más, es decir 5.44 por ciento. Como dice la regla financiera ?a menor tasa menor riesgo?.
Cabe mencionar que nuestro país colocó el viernes pasado bonos de deuda soberana en los mercados internacionales con un plazo para vencer en 2017.
Debido a que en el momento de escribir este artículo no contaba aún con los datos de la colocación segura que se situó a ese mismo ?spread? (diferencial de tasas), al respecto del bono norteamericano de un plazo similar, México estará pagando esa deuda a una tasa alrededor de 5.65 por ciento, lo cual es muy atractivo para nuestro país.
Y también seguramente este bono tuvo que haber sido muy demandado por los inversionistas internacionales.
Lo anterior lo comento con un alto nivel de seguridad por varias razones: primero porque la evolución de los precios de los UMS en los mercados internacionales ha sido muy favorable, es decir han sido históricamente muy demandados básicamente porque las corredurías calificadoras como Standard and Poor?s le han dado a nuestra deuda grado de inversión que se refleja en una muy buena calificación (BBB), lo cual implica confianza de invertir en estos bonos en los mercados internacionales.
En segundo lugar y como consecuencia de lo anterior, a México se le considera como un país seguro para la inversión en los UMS por varias razones: por su estabilidad macro, por la autonomía del Banco de México que creó mucha confianza en su momento en los mercados internacionales, por el buen manejo de este último en ?atacar? la inflación, por el buen manejo del déficit público en los ultimos años, por la favorable evolución de los mercados financieros en nuestro país, entre otras razones.
De esta manera, la confianza de los inversionistas en comprar deuda mexicana lo caracterizan como un país que está lejos de caer en una crisis de pagos que proceda de los llamados ?choques externos?, es decir el país está cada vez menos vulnerable a no pagar su deuda debido a factores que principalmente provengan del exterior, como una crisis económica o financiera en cualquier país que lo pueda en un momento dado influir, o una ?dislocación? en los precios del petróleo o de materias primas, o inestabilidades en las tasas de interés internacionales.
Por lo que ante cualquier evento de ese tipo a México de le considera ?protegido? para pagar sus compromisos de deuda externa a ojos de los inversores extranjeros.
Vale la pena comentar que otro país que está evolucionando muy bien en los precios de sus bonos de deuda soberana es Brasil, que incluso la calificadora Standard ad Poor?s le ha subido la calificación esta semana que acaba de terminar. Aunque este país todavía está tres escalones por debajo de México en términos de su calificación (BB-), sí trae una tendencia muy firme a que en algún tiempo no muy largo, sin duda, alcance también sus grados de inversión.
Y comento lo de Brasil porque el manejo de su política económica ha sido muy similar a la de México, con la salvedad que en aquel país sí se han aprobado por su Congreso importantes reformas estructurales.
En este sentido, imagínese qué pasaría si en nuestro país se aprobaran las ?empantanadas? reformas, simplemente como es bien sabido por una lado se fortalecería más la economía, el país obtendría más competitividad, se resolverían -en mucho- problemas relacionados con la pobreza, con la educación, con la salud y en términos financieros seguramente nos mejorarían las calificadoras nuestro grado de inversión.
Por lo que seguiremos los mexicanos esperando para que un buen día se ?ilumine? el Congreso, esté quien esté de presidente de la Republica, para aprobar estas importantes reformas por lo que no hay que perder la esperanza.
Si así como estamos con el nivel de riesgo-país que gozamos y la evolución favorable de los precios de los bonos de nuestra deuda soberana arriba comentado, la verdad que de no haber este proceso político electoral las calificadoras seguramente este año nos subirían la calificación de nuestra deuda, pero es lógico que ?pagarán por ver? este proceso político que sin duda estas instituciones lo están viendo complicado, pero también esperan que gane quien gane, al final del camino y ?a posteriori? del proceso cunda la racionalidad de los candidatos y continúe la armonía social y económica que bien ha pesado para que nuestro país continúe en la senda del éxito de sus finanzas internacionales.