Circunstancias del destino me permitieron estar presente es un evento en la Ciudad de México donde fueron invitados los cinco candidatos a la Presidencia de la República. La experiencia fue realmente interesante. Observar en vivo el comportamiento, la llegada y la salida al recinto de los aspirantes y toda la parafernalia que eso conlleva, resulta ciertamente atractivo, máxime para un provinciano como el que esto escribe. Es un espectáculo la cobertura, los “flashazos” y las decenas de grabadores que rodean a los políticos que ahora buscan la grande.
Vale la pena decir que la invitación fue hecha a todos: Felipe Calderón, Andrés Manuel López Obrador, Patricia Mercado, Roberto Campa y Roberto Madrazo. La sede del mismo estuvo enmarcada por una convención anual de gente vinculada a una institución financiera que auspiciaba el encuentro, el recinto está enclavado en Santa Fe, zona de gran desarrollo y plusvalía, es decir, realmente la mesa era de un corte fácilmente clasificable.
Lo último lo menciono porque el candidato de la alianza Por el Bien de Todos, “El Peje” declinó la invitación, siendo el único de los cuatro que desairó la oportunidad de dar a conocer su propuesta de Gobierno. Sin que se haya explicado formalmente por qué el señor López no quiso asistir, la razón era más que evidente. El ex jefe capitalino tiene su estrategia fincada en crear una división de clases apostando al perenne encono entre las distintas capas sociales, buscando que la más numerosa de éstas- la gente más humilde- le dé los suficientes votos para ganar la elección, lo cual además de astuto resulta también un tanto cuanto perverso, ya que quien apuesta a dividir una sociedad, la está llevando indiscutiblemente al retroceso.
No existe proceso en el mundo donde la bandera de redimir mágicamente a los más desprotegidos, vía medidas abruptas, haya sacado a los mismos de la pobreza, las revoluciones mexicana, rusa y cubana, son ejemplo de ello, aunque su violencia por supuesto que las distingue infinitamente del movimiento democrático como el que encabeza López Obrador; cuyas políticas y desorden administrativo generarán irremediablemente un trastorno económico que como siempre, los supuestos protegidos pagarán más caro.
Siguiendo entonces por los que sí asistieron y en orden cronológico, el primero en aparecer fue el candidato del PAN. Definitivamente el ser el primero le dio ventaja sobre Roberto Madrazo quien fue el último en presentarse. Roberto Campa y Patricia Mercado fueron los intermedios y desafortunadamente para ellos, sus posibilidades mínimas de ganar necesariamente hacen que sus propuestas nunca se ponderen, por ser casi imposible que éstas se lleven a cabo.
Volviendo con Calderón, el panista se encontraba en su cancha, en la franca derecha, su exposición resultó la más clara porque supo apoyarse en herramientas visuales y para él todo fue miel y dulzura porque simplemente estaba en casa, así, debo decir que fue su presentación una pieza clara que le permitió ser la estrella del día, sin lugar a dudas.
Siguió Campa y su discurso con chispazos de modernidad y también con apoyo en proyecciones, le permitieron salir decorosamente librado, aunque algunos huecos en sus preceptos económicos le bajó “punch” a su presencia.
Patricia Mercado puntualizó su agenda social y la elocuencia de su oratoria le permitió ocupar un buen espacio, pero definitivamente el ambiente esperaba la llegada del priista.
Roberto Madrazo resultó un agradable conferencista, mas no se acompañó de ningún recurso para apoyar sus propuestas, pero lo que más valió la pena es de verdad el “raiting” que generó su entrada y salida al escenario y su inconfundible calidez donde se presenta.
El colofón de esta anécdota es pues el gran circo político que significan estas campañas y lo que realmente está de fondo, es la decisión que tendremos los mexicanos el próximo dos de julio, donde uno de los tres contendientes reales habrá de asumir el poder y entonces, el destino se encargará de decirnos si la decisión fue la correcta.
