"Ha sido un palo muy duro".
Ese fue el lamento de desolación de España tras su adiós a la Copa Mundial al perder 3-1 ante Francia en los octavos de final. Para un equipo que venía entonado tras una inmaculada primera ronda, la eliminación cayó como un balde de agua fría.
HANOVER, ALEMANA
AP
"Estábamos tan convencidos de que seguiríamos, que ha sido un palo muy duro", declaró el arquero Iker Casillas.
"Lo sentimos mucho, sobre todo por la gente que nos apoyó desde el principio", dijo el centrocampista Cesc Fábregas. "Intentamos darlo todo, pero no pudo ser".
España arrancó ganando con un gol de penal de David Villa, y Francia le dio la vuelta con tantos de Franck Ribery, Patrick Vieira y Zinedine Zidane.
Según Casillas, el primer gol de Ribery --poco antes del final del primero tiempo-- se produjo en un momento en el que "estábamos un poco relajados". Y el segundo tanto francés "fue una jugada totalmente fortuita", agregó.
"No bajaron los brazos, siempre fueron al ataque", dijo Casillas sobre el equipo francés. "El primer gol nos desbarató los planes y también hemos tenido mala suerte"
El técnico Luis Aragonés, por su parte, afirmó que "cuando todos los jugadores entregan todo lo que tienen, no hay nada que objetar".
"Dos errores significaron dos goles. Tenemos que aprender la lección", manifestó. "En esta selección hay gente muy joven que tiene que aprender de partidos como éste".
