En 1870, la esperanza de vida no llegaba a los 30 años, diez años menos que en la mayoría de los países de la Europa Occidental, pero en la actualidad se sitúa en los 79.7
EFE
Madrid.- En los últimos 130 años, la esperanza de vida de los españoles ha aumentado en medio siglo, hasta acercarse a los 80 años de edad, y su altura media se ha incrementado en más de 12 centímetros.
Estos son dos de los ejemplos de la modernización demográfica de la sociedad española recogidos por la profesora titular de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad Autónoma de Barcelona, Roser Nicolau, encargada de analizar esa evolución en la obra "Estadísticas históricas de España", de la Fundación BBVA.
En 1870, la esperanza de vida no llegaba a los 30 años, diez años menos que en la mayoría de los países de la Europa Occidental, pero en la actualidad se sitúa en los 79.7, por encima de la media europea (83 para las mujeres y 76 para los hombres).
Mientras, la altura media ha pasado de 1.62 mteros para los nacidos en 1875, a 1.75 para los nacidos en 1980.
Según destaca la Fundación en un comunicado, la modernización demográfica comenzó en España en los últimos años del siglo XIX, varias décadas después de iniciada en las naciones más avanzadas.
Los censos españoles de 1787 y de 1797 recogían a 10.4 millones de habitantes, una densidad de población muy por debajo de los niveles medios europeos.
Para 1857 se alcanzaron los 15.5 millones, pero el gran salto se produjo entre 1900 y 2001 (último censo), cuando se pasó de 18.6 a 40.7 millones de habitantes.
Según el estudio de Nicolau, fueron las generaciones nacidas en las últimas décadas del siglo XIX quienes impulsaron de forma decidida y definitiva la reducción de la fecundidad en España.
Mientras que en 1900 el índice de fecundidad era de 4.7 hijos por mujer, a mediados de siglo la cifra se había reducido casi a la mitad (2.4).
A pesar de los repuntes registrados en la década de los 60 y de los 70 (el llamado baby boom), la caída de la fecundidad se agudizó a partir de los 80 y se situó en 2001 en 1.2 hijos por mujer, una cifra que, gracias en buena parte a la inmigración, se ha elevado en 2005 hasta los 1.34 hijos.
Los cambios en la natalidad, explica Nicolau, han ido acompañados de variaciones en la nupcialidad,
En el censo de 2001 se registraba un porcentaje "extraordinariamente elevado" de solteras menores de 40 años: el 62 por ciento de las mujeres de entre 25 y 29 años; el 31 por ciento del grupo de 30 a 34 años; y el 18 por ciento en el de 35 a 39 años.
En ese contexto, llama también la atención el incremento de matrimonios civiles, que entre 1975 y 1998 pasó de un 0.3 por ciento a un 24 por ciento del total y que sigue en progresión, alcanzado en 2004 el 37 por ciento.
La reducción de la fecundidad ha conducido a una disminución de la proporción de niños y jóvenes en el conjunto de la población y si los menores de 15 años representaban un 28 por ciento en 1970, ahora suponen el 15 por ciento.
Paralelamente, los mayores de 65 años han pasado de ser el 10 por ciento a representar el 17 por ciento del total.