Bonos Catastróficos del Banco Mundial
Los ocasionadas por huracanes o fenómenos similares tipo Katrina que, entre seguro y reaseguro costó unos 45 mil millones de dólares. Cat-Bonds se han convertido en un valioso elemento para aliviar las graves pérdidas.
El International Bank for Reconstruction and Development, conocido comúnmente como Banco Mundial (BM), es un adulto mayor nacido en diciembre de 1945, un año después del Fondo Monetario Internacional (FMI) creado éste en julio de 1944 durante la Conferencia Monetaria y Financiera celebrada en Bretton Woods NH, EU. Miembros actuales del BM son 184 países.
El objetivo de la institución fue amplio: ?Promover el desarrollo económico de los países miembros? ofreciendo, además, asistencia en la elaboración de proyectos para hacer frente a situaciones un tanto riesgosas aptas a afectar la economía de sus miembros.
Aparte de lo anterior, el BM se dedicó, principalmente, a lo largo de seis décadas, a conceder préstamos a sus miembros para financiar obras públicas, modernización de infraestructuras económicas del país involucrado, basados los recursos en sus propios fondos.
Los Cat Bonds
Catástrofes naturales de todo tipo han aumentado en frecuencia e intensidad en el mundo, especialmente en las dos últimas décadas, lo que ha orillado a los técnicos en la materia a encontrar vías alternas para atender las necesidades de los interesados ?personas físicas o morales? en la protección de sus bienes contra riesgos con carácter catastrófico.
Entre los instrumentos logrados se encuentran los Cat Bonds, sobre los cuales este columnista hizo comentarios en su momento: bonos emitidos tanto por aseguradoras y reaseguradoras, por medio de instrumentos especiales relacionados con el mercado de capitales o directamente por gobiernos o entidades paraestatales, según el caso.
El Banco Mundial quiere recorrer nuevos espacios desempeñando un nuevo rol en favor de sus miembros; apoyarlos en la administración de riesgos catastróficos.
La idea fue planteada en septiembre pasado en Singapur, durante la reunión anual del BM y FMI, y ampliamente discutida en el ?Foro Internacional sobre Riesgos Catastróficos?, celebrado en Bucarest, en la primera quincena de octubre pasado.
Según el Banco Mundial, no se trataría de invadir el sector del reaseguro, sino de acercarlo al de los gobiernos de los países miembros y necesitados de coberturas contra riesgos catastróficos; crear una facility proveedora de la protección requerida y que, a su vez, recurriría al mercado de capitales para un Cat Bond o instrumento similar en favor del país involucrado. Formar un global pool de riesgos catastróficos. La práctica del pool se originó en el sector reasegurador para lograr objetivos específicos pero, en el entorno moderno financiero, cayó en desuso; operan todavía los pools atómicos para las exigencias de las centrales nucleares en caso de que alguna de ellas sea afectada por un siniestro catastrófico. A su vez la idea del pool tiene una cierta relación con una alberca (pool), en donde todos los participantes de la misma están expuestos a los beneficios o no que esa puede ofrecer.
La exploración de nuevos caminos por parte del BM y de utilidad para sus miembros, en principio es atractiva haciéndose notar que se requiere evitar cualquier interferencia con el sector reasegurador y con el otro, totalmente privado, dedicado a la emisión, en continuo aumento, de los Cat Bonds.
En referencia a estos últimos, cabe señalar que solamente en 2005 hubo emisión de Cat Bonds por dos billones de dólares y que el mercado total de los mismos cuenta con cuatro billones de dólares.
Además, agregaré que en lo que va del año, 10 reaseguradoras internacionales, ubicadas en su mayoría en Las Bermudas, han aumentado su capital social en más de 10 billones de dólares, ampliando su capacidad para enfrentar pérdidas por catástrofes naturales.
Los Cat Bonds, a su vez, se han convertido en un valioso elemento para aliviar las graves pérdidas ocasionadas por huracanes o fenómenos similares tipo Katrina que, entre seguro y reaseguro, costó unos 45 mil millones de dólares.
Dejemos que en la próxima reunión del Banco Mundial (segunda mitad de 2007 o antes, según dispongan) se presente y se discuta el proyecto definitivo cuya ejecución marcará otra etapa en la vida de ese adulto mayor.
Catedrático de la UNAM