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Los maestros/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Se dice que el tiempo es un gran maestro; lo malo es que va matando a sus

discípulos”.

Héctor Berlioz

¿Son justas las demandas de los maestros de Oaxaca? Me imagino que sí. Pocas profesiones hay tan sacrificadas, tan beneficiosas para la sociedad y tan mal pagadas como la enseñanza. Dar clases en las comunidades indígenas de la sierra oaxaqueña, por otra parte, debe ser un reto incluso para el maestro mejor pagado.

Por otra parte, hay especialistas, como Carlos Ornelas, de la UAM, que afirman que los maestros de Oaxaca tienen un trato de privilegio sobre quienes enseñan en los demás estados de la República.

Los maestros en el país, por ejemplo, reciben un aguinaldo de 40 días, pero los de Oaxaca obtienen 90 días. Además obtienen un bono especial de 15 días cada 15 de mayo y otro bono especial de cinco días -¡por productividad!, por imposible que parezca- cada 15 de septiembre. Un maestro oaxaqueño, según Ornelas, recibe un 20 por ciento más de prestaciones en efectivo directo al salario que los maestros de otros estados del país.

Tal vez todos los maestros debieran ganar más, pero su situación económica no es ya tan precaria como antes. Los docentes mexicanos han obtenido los mayores incrementos de cualquier gremio en los últimos años. Durante el actual sexenio sus aumentos salariales suman un 26 por ciento real, esto es, una vez descontada la inflación.

Un maestro entra ahora a trabajar con un sueldo de cinco salarios mínimos, equivalentes a 7,300 pesos al mes en el Distrito Federal. El sueldo promedio del maestro en el país es de 11 mil pesos mensuales por turno de trabajo. Los dos meses de vacaciones y los horarios de trabajo de los maestros, por otra parte, son mejores que los de cualquier otra ocupación. En este mes de mayo, en la revisión anual de contrato, se concedió a los docentes un incremento de siete por ciento.

Enrique Rueda Pacheco, el líder de la Sección 22 del SNTE, niega que los maestros oaxaqueños gocen de privilegios especiales y afirma que los que trabajan en el norte del país reciben un mejor ingreso. “No vivimos en una situación de abundancia”, dice.

Y quizá, pero el hecho es que cada mes de mayo durante los pasados 26 años los maestros oaxaqueños han protagonizado paros y plantones. Toda la actividad económica de la ciudad de Oaxaca se ve afectada, pero en especial el turismo. En esta ocasión, los 24 días en que la Sección 22 tomó 50 manzanas del Centro Histórico fueron especialmente dañinos. Muchos comercios y restaurantes se han quedado sin clientes y han tenido que despedir personal. La supuesta defensa de los derechos de unos trabajadores se basa en la afectación de los derechos de otros trabajadores.

Hay otro daño peor, aunque más sutil y más difícil de cuantificar. Un millón de niños oaxaqueños están sin clases desde hace un mes. Pero ésta no es la primera vez que esto ocurre. Todos los niños de Oaxaca en los últimos 26 años han tenido que sufrir las consecuencias de una educación interrumpida por los paros anuales de sus maestros. Si la educación es realmente un factor clave para mejorar el nivel de vida de una región o de un país, toda una generación de niños oaxaqueños ha perdido la oportunidad de gozar de un año escolar completo.

En el sistema corporativista el que más chilla, o el grupo de poder que más presiona a las autoridades, es el que termina obteniendo mayores ventajas. La Sección 22 ha entendido este sistema a la perfección. Por eso ha obtenido beneficios que el resto de los maestros del país no pueden conseguir. Su punto de partida de cualquier negociación es siempre lo que obtenga el SNTE para los docentes del país.

El problema es que los sindicatos y grupos de interés han entendido ya que la mejor manera de ejercer presión sobre el Gobierno es afectar a terceros. De esta manera crean una demanda por parte de la sociedad de que se resuelva el problema a cualquier costo. Las autoridades cada vez se atreven menos a usar la fuerza pública para hacer cumplir la Ley y defender los derechos de terceros. Y cada triunfo de un grupo corporativista, por supuesto, crea nuevos incentivos para que se utilice este método para seguir extorsionando a la sociedad.

Lo contrario debería ser la regla. El Gobierno debería tomar medidas que generen prosperidad para todos. Pero los líderes de los grupos corporativistas dicen que esto es una inaceptable política neoliberal. Y lo peor de todo es que hay mucha gente de buenas intenciones que lo acepta.

BOLSA

El rebote era inevitable. Después de haber perdido 23 por ciento en poco más de un mes, las acciones mexicanas -y las de otros países del mundo- estaban destinadas a recuperar cuando menos algo del terreno perdido. Y la recuperación de ayer en México, de 6.73 por ciento, fue espectacular. Pero cuidado, porque los factores que provocaron el desplome bursátil del diez de mayo al 13 de junio no han desaparecido. Ahí está el déficit de presupuesto de Estados Unidos y el consecuente aumento de las tasas de interés. No olvidemos, por otra parte, que todas las crisis mexicanas del último cuarto de siglo han sobrevenido después de que se registraron alzas en las tasas de interés en la Unión Americana. No es el momento de bajar la guardia.

Correo electrónico:

sarmiento.jaquemate@gmail.com

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