La Habana, (EFE).- Aunque hace años que Fidel Castro abandonó el hábito de fumar, nadie olvida que sus habanos favoritos eran los Cohíba, una de las marcas insignia del tabaco cubano, elaborada en un antiguo palacete de una exclusiva zona de La Habana.
La fábrica de puros Cohíba ocupa desde 1967 una bella mansión en el barrio habanero de Cubanacán, propiedad de una familia que huyó de Cuba tras el triunfo de la revolución liderada por Castro.
La casa fue reconvertida en fábrica para elaborar un tabaco selecto, de calidad excelente y menos nocivo, el Cohíba, que nació por iniciativa de Celia Sánchez, amiga y confidente de Castro hasta su muerte, en 1980.
La marca se hizo famosa con rapidez porque la vitola Lanceros fue la preferida por el líder cubano y se destinó exclusivamente para regalo a personalidades de Cuba y el extranjero hasta que entró en la red de comercio internacional, a finales de los años 80.
El nombre "Cohíba" procede del término "Cojiba" con el que los pobladores de la isla, que ya empleaban la planta del tabaco, se referían a una especie de rollo de las hojas.
El cultivo de las plantas dedicadas a la producción de los Cohíba requiere de un cuidado especial y su elaboración también, quizá por eso, durante años, sólo las mujeres trabajaban en la manipulación de las hojas.
Los tiempos han cambiado y hoy hombres y mujeres comparten el trabajo en la fábrica de "El Laguito", donde se elaboran las marcas Cohíba y Trinidad.