Ramón Vargas habla de su carrera, la afición de los mexicanos por el canto y la Camerata de Coahuila.
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Dicen que es uno de los sucesores de los Tres Tenores, que llenará uno de los huecos que dejarán Carreras, Domingo o Pavarotti cuando dejen los escenarios. Pero Ramón Vargas rechaza la etiqueta. No es modestia, sino algo más profundo.
?Los Tres Tenores es un fenómeno creado por los medios y las compañías disqueras. Fue terrible porque eclipsó a muchos cantantes?, dice Vargas, quizá el más grande tenor mexicano.
Vargas dice que al menos dos generaciones de sucesores naturales de Luciano Pavarotti, José Carreras y Plácido Domingo quedaron ?como sándwich?, nunca tuvieron posibilidad de brillar. Entre ellos otro de los grandes tenores mexicanos, Francisco Araiza.
?¿Tú te sientes opacado?
?Yo incluso. Yo estoy en la punta del ?sándwich? y sí me he sentido eclipsado.
El fenómeno de los Tres Tenores lleva más de 15 años siendo exprimido por las disqueras, desde aquel Mundial de Italia 90. Ya cerca del retiro, se abre la puerta para que brillen los talentos que ahora dominan la ópera mundial. Ramón Vargas entre ellos. ?Espero que no se vuelva a repetir?, dice.
Ramón Vargas cantará esta noche un repertorio de arias de Mozart con la Camerata de Coahuila, la segunda vez que se presenta con la orquesta. La primera vez, hace exactamente tres años, quedó como uno de los conciertos más memorables en el Teatro Isauro Martínez.
Ahora, con la capacidad al doble en el Teatro Nazas, la gala de ópera promete. La Camerata es, en su opinión, una de las mejores orquestas de México y de Latinoamérica.
?¿Cómo sientes la Camerata, tres años después de cantar con ella?
?Es una orquesta muy madura, una de las mejores de México. Muy ensamblada, muy bien coordinada.
Vargas ha dado dos conciertos con la Camerata en la última semana, en Ciudad Victoria y Saltillo, con el mismo programa. ?Lo tenemos calientito. Llegar a Torreón en la culminación de la gira significa que vamos a dar lo mejor. Va a estar todo en su punto?.
El programa combina obras dramáticas de Idomeneo o La Clemenza de Tito y obras ligeras de El Rapto del Seralio o La Flauta Mágica.
?EL ARTE VA A SALVAR AL PAÍS?
A sus 46 años y con 28 discos grabados, Ramón Vargas se dice parte de una generación que significó un parteaguas en la ópera mexicana. Fue la primera generación, dice, que salió del país, que ?abrimos cancha?.
Es todo un trayecto para este cantante que empezó a los nueve años en el coro de la Basílica de Guadalupe y que apenas hace dos meses estaba cantando la ópera Idomeneo en el Festival de Salzburgo que celebró los 250 años del natalicio de Wolfgang Amadeus Mozart.
Ninguno de los grandes foros del bel canto le es ajeno. Ni el Met de Nueva York, ni la Scala de Milán, ni la Ópera de Viena. Pero Vargas insiste en regresar de vez en cuando a México.
Es huésped frecuente del Palacio de Bellas Artes, pero aunque ha dado recitales por todo el país, nunca ha cantado una ópera completa fuera de la Ciudad de México. ?No me han invitado?, dice.
Promover la ópera es muy caro. Pero además, ?falta visión, faltan programas, falta interés de la ciudadanía, pero también falta interés del público?.
Es parte de un problema más amplio, explica Vargas. ?No tenemos filosofía de la cultura. Los gobernantes deben decir que el arte es importante?, dice.
Es más, añade, el arte ?va a ser la salvación de nuestro país?.
?Es lo único que nos une y nos puede dar la capacidad de diálogo y de respeto. La gente que tiene más cultura tiene más capacidad de dialogar. Si no hay arte vamos a seguir atorados en los mismos fanatismos?.
Los niños y jóvenes son clave, dice el tenor. ?Falta mandar el mensaje a los niños. El que no escucha música antes de los 18 años es difícil que lo haga después?.
Pero el lado bueno, comenta, es que ?los mexicanos tenemos una sensibilidad enorme hacia el arte y al canto. A todos nos gusta cantar, pero cuando nos ponemos a cantar Las Mañanitas todos lo hacemos desafinados?.
La ópera, opina, está alejada del público de masas porque no se conoce.
Con una agenda llena para los próximos cuatro años, Ramón Vargas todavía tiene un trecho por recorrer. Ramón Shade, director de la Camerata y amigo de Vargas desde hace 20 años, lo elogia como un tenor poco común porque domina repertorios tan variados, que van de Verdi a Mozart.
Quizá ya es tiempo de que Vargas salga de la sombra que han dejado los tres tenores. Pero él no parece tener prisa.
?La ópera no es una carrera de caballos, no es ver quién llega primero. Es de largo alcance, de resistencia. Un cantante es como los buenos vinos, que con el tiempo se vuelven mejores?.
En corto...
Las favoritas de Ramón Vargas
Ópera para escuchar: La Dama de Picas, de Tchaikovsky.
Ópera para cantar: Don Carlos, de Verdi.
Programa
Las obras que dirigirá Ramón Shade en la Gala de Ópera con Ramón Vargas, a partir de las 8:30 de la noche, son:
WOLFGANG AMADEUS MOZART
-Don Giovanni.
Obertura.
Il Mio Tesoro Intanto.
-La Clemenza di Tito.
Obertura.
-Cosí fan Tutte.
Un?aura amorosa.
-La Clemenza di Tito.
Se all? impero Amici Dei.
INTERMEDIO
-Idomeneo, Ré di Creta.
Tranquillo é il mar?Vedrommi in Torno.
-Die Zauberflöte.
Dies Bildnis ist Bezaubernd Schön.
-Die Entführung aus dem Serail.
Obertura.
Constanze, Constanze? O wie ängstlich.
-Idomeneo, Ré di Creta.
Obertura.
Fuor del Mar, ho un Mar in Seno.