La reelección del presidente de Brasil fue impedida por el último escándalo en su entorno; prevén analistas una difícil segunda vuelta.
AP
BRASILIA, BRASIL.- Como líder sindical, Luiz Inácio Lula da Silva enfrentó la dictadura, desafió a los militares con llamados a huelgas, fue perseguido y preso, y cuando saltó a la arena político perdió tres elecciones presidenciales.
Sus frustradas postulaciones presidenciales fueron en los comicios de 1989, 1994 y 1998, y la victoria llegó en la cuarta disputa en 2002.
Se esperaba que el pasado domingo primero de octubre fuera reelegido con facilidad.
No fue así y de hecho, ni analistas ni algunos militantes del Partido de los Trabajadores (PT), que Lula fundó en 1980 en Sao Paulo, ven cien por ciento segura la victoria en un segundo turno en que se medirá con el socialdemócrata Geraldo Alckmin, el próximo 29 de octubre.
La noche del domingo ?el gran derrotado fue Lula, y Alckmin salió victorioso, incluso (fue sorpresa) para muchos en sus filas?, dijo en conversación telefónica Carlos Lopes, analista político de la firma consultora SantaFe Ideias, en Brasilia.
La derrota -al no alcanzar el triunfo en una primera vuelta como anticipaba el PT- se considera que comenzó a fraguar el 15 de septiembre cuando dos militantes del partido fueron sorprendidos por la Policía en un hotel de Sao Paulo con 770 mil dólares en efectivo y que según las autoridades eran para negociar la compra de informes que probaran que candidatos regionales socialdemócratas cometieron actos de corrupción.
En una vertiginosa sucesión de denuncias y revelaciones, el caso desembocó en la sustitución del jefe de campaña de reelección de Lula, el diputado Ricardo Berzoini, quien además es el presidente del PT, y quien supuestamente sabía de la abortada operación de compra de los informes.
?El presidente está sentido y abrumado por lo que pasó... eran personas conocidas de él?, dijo en conversación telefónica Raúl Pont, de la dirección nacional de 83 miembros del PT.
Si bien en ese escándalo aún no se aclaran muchas interrogantes -origen del dinero y ni siquiera el contenido del informe- el episodio estalló a menos de dos semanas de las elecciones y después de más de dos años de otros escándalos que involucraron también a personas cercanas al presidente. Poco después del caso del misterioso dossier, Lula rehusó asistir al último debate organizado por una televisora local para los candidatos presidenciales.
?El presidente debió asistir al debate, no podía huir?, dijo Pont. ?Pero nunca vi una masacre tal de la Oposición y de la prensa contra el PT y su candidato por hechos que son reales, pero que no involucran al presidente? Lula, añadió Pont, entre los fundadores del PT y quien conoce a Lula desde fines de los años 70 de las organizaciones sindicales en Sao Paulo.
Fue el sindicato de trabajadores metalúrgicos de Sao Paulo desde donde Lula saltó al reconocimiento nacional como un aguerrido líder de izquierda que en marzo de 1979 organizó una huelga de 170 mil empleados metalúrgicos en contra de la dictadura militar (1964-1985).
En 1980 al organizar otra huelga de los metalúrgicos, Lula fue detenido por 31 días.
Ahora ya no serán ni los militares ni la Policía. Lula ?será acosado, asediado por la prensa, por la Oposición a dar respuestas claras (sobre el dossier)...no puede seguir diciendo que no sabía de nada. Lula va tener que cambiar de estilo?, dijo Octaciono Nogueira, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Brasilia.
?Ya el PT y Lula vivieron momentos duros, en la dictadura, la represión...pero en este momento es inaceptable lo que ocurrió? con el escándalo del informe y su impacto en la campaña, aseguró. ?Pagamos un precio muy alto?, dijo Pont.