El viajero llega a Oslo y visita el Gran Café. Ahí contempla el mural que en 1928 hizo Per Krogh. En él retrató a las celebridades que acudían al lugar: el pintor Edvard Munch, el poeta Bjornson, el dramaturgo Henrik Ibsen...
El viajero habla en inglés con un anciano que bebe su café en la mesa vecina. "Mi padre me contaba -dice el hombre- que cuando Ibsen iba por la calle la gente tiraba flores a su paso. Él simulaba no ver el homenaje, pues no sabía cómo agradecerlo, y se apenaba".
Ahora el viajero mira la ventana de la casa donde Ibsen vivió los últimos años de su vida. Quizá desde aquí mismo, piensa el viajero, Eleanora Duse dio la última despedida al escritor, que no pudo recibirla ya. Asomó nada más tras los cristales, e hizo un leve ademán de adiós a la notable actriz. Ella, de pie bajo la nieve, le lanzó besos con la mano.
El viajero se ha puesto triste, y no sabe por qué.
¡Hasta mañana!...