Llegó el caminante al final de su camino.
Su camino había sido fatigoso, lleno de quebrantos. A su pasó encontró la tempestad; padeció fríos de hielo y soles como de plomo derretido. Cruzó ríos, atravesó desiertos, se perdió a veces en la maraña de los bosques...
Pero llegó el caminante a su destino.
Le preguntó alguien:
-¿En qué momento supiste que ibas a llegar?
Respondió el caminante:
-Cuando me decidí a dar el primer paso.
¡Hasta mañana!..