La visita de Roberto Madrazo a la ciudad de Saltillo el viernes pasado, arroja un resultado negativo para su causa en función del poco entusiasmo que suscitó y la confrontación con algunos medios de prensa.
El pleito con los medios no sólo se da en términos del preocupante incidente en ocasión del cual, uno de los guardaespaldas del candidato arremete en contra de un reportero y destruye su cámara de video, sino en función de un acercamiento que se produjo en forma discriminatoria a favor de escasos y muy específicos medios de comunicación, en agravio de la mayoría.
Enseguida Madrazo repite el increíble e incongruente discurso con el que inició su campaña, en el que abandera las reformas estructurales (energética, fiscal, etcétera) a las que se ha opuesto en forma persistente los últimos cinco años, durante el Gobierno panista que preside Vicente Fox.
Días antes la profesora Elba Esther Gordillo al referirse a las preferencias electorales del profesor Humberto Moreira, dejó constancia de que el gobernador es libre de apoyar a quien quiera, al tiempo que advertía que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, está vigilando que en el caso de Coahuila no se utilicen recursos públicos en la promoción del candidato priista a la Presidencia de la República.
La declaración de la profesora demuestra que en el escenario político actual de nuestro país, son de esperarse situaciones inéditas como la expuesta, que pone a Moreira Valdés en la encrucijada de atender a los deseos de la líder nacional de la estructura burocrático sindical a la que el gobernador debe el puesto, o apoyar al candidato del partido Revolucionario Institucional al que pertenece.
El efecto de tan singulares antecedentes, es que el gobernador de Coahuila se abstuvo de aparecer en la gira del candidato priista, lo que no tiene precedente en la historia del otrora partido de Estado y se viene a sumar al trasiego sifuentista hacia el PRD, que responde al desaire que sufre Enrique Martínez y Martínez por parte de la cúpula madracista.
Esta situación curiosa, aunada a la circunstancia que en el proceso electoral federal no aplicará la oprobiosa Ley Electoral de Coahuila ni regirá el cuestionado Instituto Estatal Electoral, hace prever un resultado impredecible en la entidad que si bien está gobernada por el PRI, sus ciudadanos no son propiedad de ningún partido.
En forma simultánea pero en la Ciudad de México, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación asesta un duro golpe a la candidatura de Madrazo, al declarar inequitativa la alianza concertada entre el PRI y el Partido Verde Ecologista de México, como resultado de la impugnación legal que de dicho acuerdo, hicieron algunos priistas distinguidos encabezados por el gobernador de Sonora, Eduardo Bours Castello.
El alegato de los priistas inconformes, se hizo consistir en que se concedieron posiciones al partido Verde, que resultan en exceso con el peso electoral específico de los ecologistas de acuerdo a las estadísticas, lo que redunda en perjuicio de los priistas desplazados de las candidaturas a las Cámaras de Senadores y Diputados al Congreso de la Unión.
Como consecuencia de esta resolución, el partido Verde recibirá menos candidaturas que las originalmente obtenidas con la coalición, lo que implica un riesgo también impredecible para la candidatura de Madrazo, pues la experiencia de la ruptura en que acabó la alianza que llevó a la Presidencia a Vicente Fox entre los partidos Acción Nacional y Verde, demuestra que cuando no se les da lo que piden, los del Ecologista son más peligrosos que un perro con rabia.
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