EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- El domingo la mamá de Carlos Gavira Zapien, uno de los ejecutados, había entregado 60 mil pesos en las oficinas de la Unidad Mixta de Atención al Narcomenudeo (UMAN) para su liberación, ya que había sido detenido en la madrugada, pero lo dejaron en libertad hasta el lunes, día en que fue asesinado.
?Yo llevé el dinero a la UMAN el domingo por la tarde y se lo di a un gordito, que los metió en su escritorio, para que dejaran libre a mi hijo, pero me dijo que sería hasta el lunes cuando lo soltarían. Junto con ese gordito estaba también uno que creo se llama Daniel Grijalva?, dijo Griselda Zapien, madre de Carlos, entrevistada en la funeraria donde velaban el cuerpo de su hija Perla Karina, encontrada la mañana del miércoles.
Por su parte Margarita Gavira, tía de Carlos y Perla Karina, comentó: ?Desde el sábado andaban siguiendo a Carlos unos tipos en una Blazer color azul y en la noche se fue al Bongos (antro ubicado sobre el bulevar Miguel Alemán). De ahí salía cuando lo agarraron los policías en la madrugada y se lo llevaron a la UMAN.
?Qué casualidad que ya lo estaban esperando el lunes para matarlo, ¿pero quién les dijo que estaba detenido y que iba a salir de la UMAN??, se cuestiona la tía tras asegurar que desconfía de las ?corporaciones policiales?.
Por su parte la delegación estatal Durango de la Procuraduría General de la República (PGR) informó mediante un breve comunicado que Carlos Gavira Zapien fue detenido el pasado sábado 21 de octubre de con 19 ?grapas? de cocaína que dieron un peso de 1.5 gramos y la cantidad de seis mil pesos. La captura fue hecha por elementos de la Secretaría de Protección y Vialidad de Gómez Palacio.
La PGR informó que el agente del Ministerio Público de la Federación, resolvió en virtud de la cantidad de droga con la que fue detenido Gavira Zapien y en base al dictamen pericial donde resultó ser adicto, concederle el beneficio de libertad bajo caución.
Sin embargo para los familiares de los occisos, resulta muy extraño todo lo ocurrido, pues los autores del crimen tenían conocimiento de la detención de Carlos y sólo esperaban su salida para matarlo, pero también asesinaron a Perla Karina y Elfego Rodríguez Galarza, que fueron por Carlos a la UMAN.
El padre de Carlos, internado en el Cereso de Matamoros, Tamaulipas, tenía ya la corazonada que algo le ocurriría a la familia, pues días atrás le dijo a su esposa por teléfono, según declaró ella a una televisora, que no dejara salir a su hijo, porque lo había soñado muerto, pero nunca se imaginaron la dimensión de la tragedia.
Perla Karina estaba por cumplir 18 años y estudiaba la carrera de Empresas Turísticas en la Universidad de Durango de esta ciudad.