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MARKETING ESTRATÉGICO | Paraiso en tres hectareas

HERIBERTO RAMOS HERNÁNDEZ

Domingo tres de diciembre, son las ocho de la noche, estoy plantado en avenida Patria y calle Beethoven, buscando un taxi que parece nunca llegara. Lo entiendo, transmiten la semifinal América-Chivas, y aquí en Guadalajara la pasión tele futbolera evaporo el tráfico. Quince minutos después una solitaria luz roja se acerca, agito mi brazo, el ansiado taxi se acerca cual ultimo Dodo, pido al chofer me traslade a la Central de Autobuses, y entre la narración radiofónica de las peripecias del Bofo y Cuauhtémoc, y mis prisas para no perder el autobús que en 40 minutos me regresara a Torreón, alcanzo animo para esbozar esta colaboración.

Los pies molidos, laptop y una maleta aparatosa, pero el espíritu alegre. Son tres días recorriendo las tres hectáreas de la Expo-Guadalajara. Veintiocho mil metros cuadrados de libros, 1630 casas editoriales provenientes de 42 países. La Feria Internacional del Libro, la FIL 2006, la fiesta de las letras latinoamericanas, la mayor del mundo hispano. Desde hace 15 años procuro no perderla, y ya en su vigésimo aniversario; su magnitud, su ambiente, y su trascendencia, siguen moviendo mi asombro y mis deseos.

Años atrás, entre sus salones, escuche a Sabines leer su poesía bipolar desde una silla de ruedas, disertar a Augusto Monterroso sobre sueños jurasicos que persisten, hablar a Elena Poniatowska desde una izquierda posible, y aun sin mesianismos; escuchar prolongados suspiros femeninos ante un mínimo gesto del Maestro Enrique Krauze, desfilar a Sergio Pitol, una sonriente Nelida Piñón, el cigarro de Juan Gelman; y hasta estiraba el tiempo para contrastar la indumentaria de varios especimenes menores del llamado circulo intelectual mexicano, la perfecta corbata de aquel Director de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, los deliberadamente casuales tenis de German Dehesa; y hasta los inarrugables trajes sastre de la sempiterna niña de los libros fresas, Guadalupe Loaeza.

Por sus pasillos también, han desgastado terrenales suelas habitantes del olimpo literario: García Márquez, Fuentes, Saramago, Paz, Arreola, Morrison, Gordimer, muchos mas.

Hoy el turno es para Carlos Monsivais, y sus inolvidables Escenas de Pudor y Liviandad, Crónicas de la Sociedad que se Organiza, y Entrada Libre; que como dice José Emilio Pacheco, palabras mas, palabras menos: ?Existe una tribu extraterrestre de monsivaitas, que fingen ser uno solo, pero que aparecen donde quieren, alegrándonos la vida con su fina ironía.

Este año la invitada es Andalucía, con un enorme stand a donde asomo. Voy hojeando las propuestas, y sin buscar el previsible perro anecdótico, encuentro amables sonrisas ibéricas. Este día cargo trabajosamente ?Como hacer funcionar la globalización? de Stiglitz, dos tomos de Gabriel Zaid , ensayos de Economía de David Ibarra, mas de Sthendal, Diderot, Ortega y Gasset, Weber, Krugman, Toeffler, Eusebio Ruvalcaba, José Joaquín Blanco, Onetti, Rafael Pérez Gay, Luis Miguel Aguilar, y mas de Cal y Arena, Prentice Hall, Colmex, CIDE, McGraw Hill, y los tres que me obsequiaron en el circulo de lectores de Alfaguara, los únicos gratis para mi, voy satisfecho de invertir menos en viáticos y mas en libros.

El rumor circula, y la critica popular parece lapidaria; en los cafés y sus alrededores, los Filfilicos, (palabra que recién confecciono, pero que dudo en utilizar por su injusto sonido de oscura enfermedad), los académicos recalcitrantes, y una que otra inentendible joven pareja de las que aquí abundan; una perfecta barbie y un barbudo estudiante de filosofía, esforzado poeta en ciernes; todos coinciden que el verdadero espíritu de la FIL parece ya contaminado por una especie televisiva. Una afrenta para los puristas que ?Pedrito? Sola y Mónica Garza, presenten un libro de su jefa Chapoy, Chespirito otro mas titulado ?sin querer queriendo?, Brozo y sus relatos, aunque también agradecidos que no le hayan autorizado disfrazarse del analista político que pretende ser Víctor Trujillo; y muchos libros para alcanzar cúspides de éxito, la felicidad verdadera y visible, mediante el tarot, los astros, yerbas diversas, o la obstinación recomendada para nunca amar demasiado. Pero así es nuestra siempre querida FIL, hay de todo, para todos. Agridulcemente solo una semana por año.

haramos67@hotmail.com

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