Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

Más Allá de las Palabras / EL AMOR TODO LO PUEDE

Jacobo Zarzar Gidi

Vuestros hijos no son vuestros hijos.

Son los hijos y las hijas del ansia de la vida por sí misma.

Vienen a través vuestro, pero no son vuestros.

Y aunque vivan con vosotros, no os pertenecen.

Gibrán Khalil Gibrán

Que el Señor Jesús, acepte con agrado su matrimonio. Que las mayores bendiciones lleguen del cielo y coronen sus esfuerzos. Que la vida de aquí en adelante, sea un campo lleno de rosas con pocas espinas y el olor a nardos recién cortados.

El Sacramento del Matrimonio es para toda la vida, y es por eso que el amor deberán conservarlo para siempre en vuestros corazones. Cada vez más fresco, más renovado, con esa chispa de alegría que se obtiene con los pequeños detalles dirigidos al ser amado. Todo ello a pesar del camino que a veces es cansado, difícil y desalentador.

De ahora en adelante caminaréis juntos como el rayo y el trueno en una noche de tormenta, como la voz y el eco que retumban a lo lejos en lo más profundo de las cañadas. Viviréis juntos en mutua comprensión y en armonía, dejándole a Dios un espacio para que su presencia ilumine los rincones oscuros del alma y elimine los momentos de ansiedad en tiempos difíciles; para que el perdón aflore con facilidad a vuestros labios y rescate el mágico brillo que todo lo transforma.

En los instantes contradictorios de vuestra vida futura, cuando la rutina intente penetrar en el hogar que habéis formado, hallaréis un remanso de tranquilidad en el silencio. De esa manera podréis reconciliar el presente con el pasado, y será el mejor antídoto contra los enemigos de vuestro amor como pareja. Que la verdad reine siempre en vuestras palabras y en vuestros pensamientos, para que la transparencia de los actos permita un entendimiento mutuo. Sonríanle a la vida para que la vida les sonría a ustedes, y sueñen, sueñen mucho, porque los castillos que no se derrumban, de ese material se construyen.

Que vuestra casa sea el refugio adecuado para el retorno del esposo a la hora del crepúsculo, y morada para ambos donde los sueños y los proyectos se realicen. Con el tiempo, ella será la cuna de vuestros hijos, campo fértil para sembrar los valores que trascienden y sitio propicio para que reine la paz del espíritu.

Haced de la oración, no una rutina, sino una diaria necesidad gustosa. No recéis únicamente en vuestras noches de dolor, de tensión, de inseguridad y de escasez. Hacedlo en momentos de alegría y cuando sobren los alimentos en vuestra alacena. Orad por los demás con la misma fuerza con la cual piden por ustedes. Vean en el verdadero pobre a Cristo y salgan a su encuentro, conduélanse del que sufre en su cuerpo o en su alma -como Jesucristo sintió compasión al ver el dolor de los enfermos, y recuerden con amor a los abuelos de los cuales proceden. Pidan en abundancia, pero también dense en abundancia, porque no podemos permanecer aislados, ajenos a las necesidades que tiene nuestro mundo. Recuerden que la prudencia es una virtud que deberán tener en cuenta y practicar. Incluye moderación en las palabras y en los actos para que el equilibrio de la vida no se rompa y podamos permanecer en paz con nuestros semejantes. Sin embargo, la reina de las virtudes es la constancia, porque gracias a ella todas las demás dan su fruto.

Hija mía: te llevas en el equipaje, un baúl de vivencias, de principios que no se pueden romper, de recuerdos que no deberás olvidar. Ten siempre presente que la verdadera alegría se encuentra en las cosas sencillas de la vida, en ese atardecer multicolor que todos los días es diferente, en el canto de un ave que a veces no escuchamos, en la gota de agua que cae, en la tierna sonrisa de un niño y en las bendiciones que recibas de todos aquéllos que te aman. Te llevas un trozo de nuestra vida porque eres parte de ella. Permanece tranquila junto a tu marido, a pesar de la distancia. La casa paterna estará pendiente de vuestro arribo con la misma ansiedad de una madre que espera la llegada de su hijo después de nueve meses de embarazo. Los estaremos esperando con alegría, porque la vida nos ha enseñado que podemos ser felices aún teniéndolos lejos si sabemos que ustedes están contentos.

Un viento fresco y ligero del otoño levanta las hojas caídas de los árboles. Los frutos han comenzado a recolectarse. Los sueños de ayer se convierten a toda prisa en las realidades de hoy. No podemos frenar el tiempo, no nos es posible cambiar el pasado, lo que sí podemos es pedir al Señor de la vida que el futuro se convierta en una carga ligera con satisfacciones que provengan de los hijos y de los nietos, de las ilusiones que pudieron cristalizarse y de todas las demás que se construyeron y finalmente se perdieron en la niebla del olvido. ¡Bendito seas Padre Eterno porque nos das la oportunidad de amar a nuestros hijos y de conducir sus pasos! ¡Bendito seas porque nos has dado la esperanza!

jacobozarzar@yahoo.com

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 238548

elsiglo.mx