(SÉPTIMA PARTE)
Después de vivir intensamente una de las páginas dolorosas que a diario acontecen en tierras palestinas, abordamos a toda prisa el autobús que estaba estacionado en una de las calles inclinadas de Belén. De inmediato Emilio -nuestro guía, tomando en cuenta lo sucedido, comenzó a entonar frente al micrófono la hermosa canción que dice así: ?Demos gracias al Señor, demos gracias, demos gracias al Señor. Por las mañanas las aves cantan, las alabanzas a Cristo Salvador, y tú hermano ¿por qué no cantas las alabanzas a Cristo Salvador...??. Al escucharlo, todos los peregrinos lo acompañamos como si fuera una sola voz. Dimos gracias por haber salido ilesos, pero me di cuenta una vez más que es necesario explicarle al mundo la verdad sobre la problemática del conflicto palestino-israelí, para que las naciones intenten solucionarlo y oren por la paz.
Se puede afirmar que en la actualidad todos los habitantes de Belén se encuentran afectados por una grave depresión. Durante siglos, la ciudad donde nació Jesucristo, y Jerusalén, han sido independientes espiritual y económicamente, pero existía un libre tránsito entre las dos; ahora no. Con el muro que construyó Israel, todos los bethlemitas sienten que viven en una prisión. (Se necesita un permiso especial que es difícil de obtener para cruzar de un lado al otro).
Siempre recordaremos a Efraín Nissán que por unos momentos se subió a nuestro autobús para rezar de memoria el Padre Nuestro en arameo -que es el idioma de Cristo. También tengo muy presente la tienda del señor José Giacomán, cuya cortina metálica estaba cerrada por el problema antes descrito. Él desciende -como muchos otros habitantes de Belén, de los cruzados, y en su negocio tiene un gran surtido de artículos religiosos. A tan sólo unas cuantas cuadras de la Basílica de la Natividad se encuentra la vieja casa de piedra donde nació mi amigo el doctor Antonio y que actualmente está ocupada por varias religiosas católicas. ¡Ojalá que en el sitio donde llegó la salvación al mundo permanezcan siempre personas y familias cristianas! Encerrados en ?esa prisión? por el muro que han construido los judíos, se encuentran también: los Mitre, los Dabdoub, los Gattás, los Bándak, los Hasbún, los Marcos, los Talamás, los Facusse, los Murra, los Zarzar, y muchas otras familias cristianas y musulmanas que desean fervientemente un mejor futuro para la ciudad. A todas ellas les gustaría que su ?Little Town of Bethlehem? fuera visitado todo el año y no únicamente en Navidad.
Dos cuadras antes de cruzar el punto de revisión CP300, que se encuentra entre Belén y Jerusalén, miré la tumba de Raquel que se haya localizada en una manzana cuyos muros están constantemente vigilados y electrificados por los israelitas para protegerla de algún atentado. Pero ¿quién es Raquel, y por qué está enterrada en ese lugar? El Génesis en sus capítulos 29 al 35, nos dice que Raquel era una pastora judía, hija de Labán, de la cual se enamoró Jacob -hijo de Isaac. Labán tenía dos hijas: la mayor llamada Lía, y la pequeña Raquel. Jacob estaba enamorado de Raquel, y para hacerse merecedor de ella, se comprometió a trabajar durante siete años para su futuro suegro sin recibir paga. Pasados los siete años, Labán hizo un banquete de bodas en la noche, y haciendo trampa entregó en matrimonio a su hija mayor Lía, sin que Jacob se diera cuenta de su identidad porque ella tenía tapada la cara con un velo. (Según la costumbre en el Medio Oriente, deberá casarse primero la hija mayor y después la menor). Molesto por lo que había acontecido, Jacob se vio en la necesidad de prometer a Labán trabajar para él otros siete años sin recibir sueldo, a cambio de casarse de inmediato con su hija Raquel. Unido en matrimonio con las dos -según la usanza de aquella época, amó más a Raquel que a Lía, y sirvió en casa de su suegro otros siete años más sin recibir remuneración alguna. Según el Génesis, Dios se le apareció a Jacob y le dijo: ?Tu nombre es Jacob, pero ya no te llamarás Jacob, sino que tu nombre será Israel?. Cuando partieron de Betel, faltando un trecho para llegar a Efratá, Raquel tuvo un mal parto al dar a luz a su hijo Benjamín. Murió Raquel y fue sepultada en el camino de Efratá, o sea Belén. Es importante decir que los hijos de Jacob fueron doce, de donde surgieron las tribus de Israel. De la tribu de Leví descienden los judíos ortodoxos que hemos visto caminar por las calles de Jerusalén -sobre todo los viernes en la tarde comprando víveres para dedicar el sábado a la oración. Durante ?el sabat?, los judíos ortodoxos no manejan su automóvil, todos caminan deprisa hacia las sinagogas con su ropa negra, y su gorrita puesta en la cabeza, de la cual brotan dos trenzas de tamaño mediano. Algunos van acompañados de su mujer. La mayoría de ellos son muy ricos, su negocio es vender oro, plata y diamantes (son los principales talladores del mundo. Ellos los adquieren principalmente de las minas que se encuentran localizadas en África del Sur, y posteriormente los trasladan a Israel, a Londres y a Nueva York).
Emilio -nuestro guía, tiene la costumbre de decir a los peregrinos el momento preciso en que es conveniente obtener una fotografía. Su frase predilecta es: ?SAQUE FOTO?, y al escucharlo, todos de inmediato dirigíamos la cámara a nuestro objetivo. Varias veces nos aclaró que no tomáramos imágenes de los puntos de revisión israelitas porque podían ellos arrebatarnos la cámara. Cuando llegamos al ?Chek Point? CP300, que divide Belén de Jerusalén, nos detuvimos un momento para que nos autorizaran pasar. En esos instantes escuché a Emilio decir: ?NO SAQUE FOTO?, pero la imagen ya se encontraba en mi cámara... En ella aparecen vestidos con el uniforme israelí y armados con ametralladoras, dos mujeres de piel blanca y seis jóvenes de color, todos ellos de religión judía. Estos últimos pertenecen al grupo de etíopes que hace varios años fueron llevados para aumentar la población de Israel; (en ese tiempo se trasladó a 15 mil de ellos para ser más exactos). Su misión: trabajar en las aduanas y formar parte del ejército judío. Desde el año 1990, un millón de rusos viven en Israel; fueron traídos también por ser de religión judía para poblar las ciudades que en el año de 1948 desocuparon los palestinos al ser atacados cobardemente por las bandas paramilitares y militares sionistas, con armas -que a propósito dejaron ?abandonadas? los ingleses. Por eso y por millones de abusos más, en los libros de la historia, a Inglaterra se le conoce como ?La Pérfida Albión?.
CONTINUARÁ EL PRÓXIMO DOMINGO.
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