Los servicios para atender la discapacidad son insuficientes en relación con las necesidades del país, y no se consideran prioridad presupuestal, dice especialista.
EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- Todo parecía estar bien. Rolando llegó a término. Fue primogénito. Pesó tres kilos y lloró al nacer como lo hace la mayoría de los recién nacidos, con la salvedad de que nadie en el hospital le informó a sus padres que Rolando era sordo.
Para su madre se trató de una negligencia médica, ?pues en el hospital no le practicaron estudios auditivos al nacer, y no supimos, sino hasta el año, que Rolando no oía?.
Sin embargo, para el doctor Luis Guillermo Ibarra, director general del Centro Nacional de Rehabilitación, el caso de Rolando no sólo se explica como negligencia médica, sino como un problema de falta de prevención de las discapacidades; por lo cual, a su decir, resulta urgente que en México se dé cauce a diversas acciones para prevenir y controlar todas aquellas circunstancias susceptibles de generar deficiencias orgánicas, limitaciones funcionales y discapacidad en los recién nacidos, si se pretende estar a la altura de esta grave problemática de salud pública que va en aumento.
A decir del experto, los servicios de rehabilitación son insuficientes en relación con las necesidades del país, y además, éstos no son considerados prioridad presupuestal.
?La red hospitalaria cuenta con 987 hospitales públicos, de los cuales sólo 152 prestan servicios de rehabilitación. En la Secretaría de Salud, de 405 hospitales sólo 19 cuentan con servicios de rehabilitación. Más desigual se observa el análisis de las camas censables de hospital, pues de 79 mil, sólo 90 se destinan para la rehabilitación de personas con discapacidad, 40 en la Secretaría de Salud y 50 en el IMSS?, afirma Luis Guillermo Ibarra.
?La atención adecuada y oportuna de las discapacidades evita desajustes sociales y problemas de desintegración familiar, analfabetismo, desempleo, así como mendicidad; pero en México se carece de la adecuada profesionalización y de la actualización continua de personal médico y técnico especializado en rehabilitación, tanto en hospitales públicos como privados?, señala.
Sumado a ello, el Programa de Acción para la Prevención y Rehabilitación de Discapacidades (PreveR-Dis) indica que la atención médica de las personas con discapacidad enfrenta diversos desafíos que, en parte, son originados por la escasa enseñanza en las escuelas y facultades de Medicina de temas relacionados con la importancia de la discapacidad, sus causas, así como de métodos de prevención y recursos para su rehabilitación.
Para el experto, la discapacidad es uno de los problemas emergentes de salud pública que en los últimos años se ha incrementado considerablemente, como resultado de que los mejores recursos para el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades, así como la mayor cobertura de los servicios de salud, han permitido disminuir las tasas de mortalidad general e infantil, pero con frecuencia sin evitar aquellas secuelas que causan limitación.
En este sentido, el Programa Nacional de Salud 2001-2006 de la Secretaría de Salud señala que los mexicanos pierden en promedio diez años de vida saludable como resultado de alguna discapacidad.
?En la actualidad, se ha podido reducir la mortalidad por hipoxia cerebral perinatal, pero las niñas y niños que sobreviven a este padecimiento sufren de parálisis cerebral con trastornos del movimiento, alteraciones del lenguaje y epilepsia.
También se ha incrementado la sobrevivencia de las niñas y los niños con defectos en el tubo neural, pero los sobrevivientes sufren de parálisis de las extremidades, falta de control de esfínteres, hidrocefalia, trastornos de la comunicación humana y del aprendizaje. Asimismo, se ha logrado que los adultos sobrevivan a los traumatismos raquimedulares, pero muchos de ellos quedan parapléjicos o tetrapléjicos, con incontinencia de esfínteres, impotencia sexual y alteraciones del habla?.
Por otra parte, continúa Luis Guillermo Ibarra, en el país hay cerca de cuatro millones de personas con diabetes mellitus y 13 millones con hipertensión arterial; las primeras requieren de amputaciones o sufren de ceguera y nefroesclerosis. Las segundas pueden llegar a suscitar enfermedad vascular-cerebral, que se asocia a una gran diversidad de discapacidades.
Viven en México 2.7 millones de< niños con discapacidad
De acuerdo con datos recientes de la ONU, existen en el mundo alrededor de 600 millones de personas con discapacidad, de las cuales aproximadamente diez millones viven en México, y 2.7 millones son niños. ?La mayor parte de estas personas padece desigualdad, despojo y marginación, es discriminada, sufre pobreza e ignorancia?.
Lo anterior, a decir del Consejo Nacional Consultivo para la Integración de las Personas con Discapacidad (Conapred), exige como imperativo la decisión política de los gobiernos nacionales para solucionar las impostergables necesidades de este vasto sector de la población.
?Son millones de personas que carecen de los medios físicos adecuados a sus requerimientos para ingresar a escuelas o laborar en oficinas, fábricas o dependencias gubernamentales, así como de apoyos para adquirir equipos o aparatos para atender sus necesidades específicas?, comenta a su vez la doctora Amalia Gamio Ríos, coordinadora del Programa de la Presidencia del Conapred para Personas con Discapacidad.
De ahí que sólo tres por ciento del total de personas con alguna discapacidad llegue a nivel de educación superior, de acuerdo con la Comisión de Grupos Vulnerables y Discapacitados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).
Barreras físicas para su desplazamiento y acceso a diversos lugares públicos; conmiseración de personas que no pueden dejar de verlas como diferentes, pero iguales en derechos y oportunidades; falta de acceso a espacios educativos regulares; escasos esfuerzos para emplearlos; exclusión social y marginación de las actividades recreativas; trato despectivo y atención deficiente en las instituciones de salud; establecimiento de políticas y medidas que ignoran y desdeñan sus necesidades y condiciones, así como dificultades para ejercer derechos políticos y sociales, son algunas de las múltiples formas de discriminación que enfrentan.
Producto de lo anterior son las cifras de la Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, la cual reflejó que 83 por ciento de las personas con discapacidad se considera discriminada en su condición, lo cual se asocia con menores oportunidades de empleo; 40 por ciento de ellas ha recibido un salario menor, y a 42 por ciento les ha sido negado el trabajo por su incapacidad.
ACCIONES DE PREVENCIÓN
?Le corresponde al sector salud hacer frente al problema de la discapacidad mediante las acciones de prevención primaria, secundaria y terciaria, ya clásicamente establecidas, pero a la que se incorpora el concepto de ?prevención de discapacidad?, el cual debe iniciarse, agrega Luis Guillermo Ibarra, a partir de la presentación de la enfermedad, el accidente o el defecto de nacimiento, para la prevención de defectos de nacimiento, de discapacidades por trauma y de discapacidades por enfermedades cronicodegenerativas?.
A decir del especialista, en México existe una deficiente calidad en la atención médica para la rehabilitación de las personas con discapacidad, que parte de la ausencia de criterios bien definidos y homologados de los servicios de rehabilitación que presta el sector salud.
?A pesar del desarrollo del Sistema Nacional de Salud, la atención hacia las personas con discapacidad ha permanecido sin evolucionar a la altura de las necesidades. Profundas raíces culturales de rechazo hacia las personas con discapacidad, factores de actitud personal y falta de capacitación médica mantienen vigente un trato inadecuado en los servicios de rehabilitación que presta el Sistema Nacional de Salud en sus hospitales?, asegura el experto.
Datos del INEGI indican que en México la discapacidad más frecuente es la que limita la movilidad de brazos y piernas; le siguen los problemas severos de visión y ceguera; las que afectan las facultades mentales y las relacionadas con la comunicación auditiva y de lenguaje.
Por último, para el doctor Luis Guillermo Ibarra también hace falta instrumentar una base de datos para el Registro Nacional de Discapacidades, con el objeto de validar la veracidad de los datos, codificar, ordenar y calificar esta información junto a la de otras fuentes del Sistema Nacional de Salud, con el fin de que el Registro disponga de información actualizada de la incidencia de las condiciones discapacitantes más frecuentes, conocer sus características y su respuesta a las acciones de prevención.