Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, matraquero es la persona que hace ruido continuado y molesto con una matraca, o sea, que utiliza una rueda de tablas fijas en forma de aspa entre la que cuelgan mazos que al girar producen sonidos, simplemente para incomodar. Ahora bien, según los prohombres que hoy aspiran a gobernar nuestro país, el matraquero es una forma peyorativa de calificar a quien apoya o “hace ruido” a favor de algo. Para Andrés Manuel López Obrador, el presidente Fox es un matraquero de Felipe Calderón, quien a su vez llama al candidato de la alianza “Por el bien de todos” matraquero de sí mismo.
Lo anterior no tendría mayor importancia, salvo que refleja el nivel de discurso político predominante en un proceso electoral de bajísimo cuño. Las ideas ceden su espacio a las descalificaciones y los argumentos hacen lo propio ante las ocurrencias; todos aseguran cargar en sus respectivas alforjas, las soluciones inmediatas a los problemas más graves, pero nadie se atreve a decir los cómo y los cuándo, tal vez porque carecen de ellos.
Ante la ausencia de propuestas de fondo, debatibles más allá de las buenas intenciones y sobre todo, aterrizables en una lógica realista, de esas que permitan evaluar con justicia las capacidades de los candidatos a la Presidencia de la República, el debate de campaña está salpicado de matracas y matraqueros.
Andrés Manuel López Obrador demandó a Vicente Fox que deje de estar haciendo campaña a favor del abanderado del PAN, ya que “es muy importante que él no esté haciendo campaña, que no esté como matraquero de Felipe Calderón; póngase a trabajar, cumpla con su responsabilidad que todavía le falta tiempo. No entregue antes de tiempo el Gobierno y mucho menos abandone el Gobierno, se tiene que seguir garantizando que continúen los programas y sobre todo que haya tranquilidad y seguridad en el país”. Ante esto, Felipe Calderón respondió que “si Manuel López piensa eso de Fox, él fue matraquero de sí mismo porque a sabiendas que sería candidato presidencial dijo que lo dieran por muerto y usó los recursos de la gente para promover su propia imagen”.
En fin. Lo único que queda preguntar es si los mexicanos ¿merecemos esta política matraquera?
