Montreal, (Notimex).- Los supuestos efectos de los acidos grasos omega-3 para combatir la depresión serán objeto de una investigación científica por parte del Centro Hospitalario de la Universidad de Montreal (CHUM).
Para el estudio, en el que participarán también investigadores de las universidades de McGill, Laval y Queens, se medirán los efectos que tienen los omega-3 -grasas provenientes de peces de aguas frías como el bacalao, la sardina o el salmón- en 500 pacientes con depresión severa.
En una emisión de Radio-Canadá, varios médicos reconocieron este jueves que algunos pacientes que padecen depresión afirman que el consumo de acidos grasos les ayuda como complemento a los tratamientos con antidepresores.
El director de Psiquiatría del CHUM, Franáois Lesperance, quien dirigirá la investigación, indicó que ésta tendrá como objetivo hallar tratamientos alternativos para esta enfermedad, que es padecida por unas 250 mil personas en Québec.
Los antidepresores actuales tienen muchos efectos secundarios y sólo son útiles, según el investigador, en el 50 por ciento de los casos.
Parte de la investigación será financiada por la empresa europea Isodisnatura, que produce omega-3 y está asociada con el psiquiatra y escritor francés Servan-Schreiber, quien acaba de publicar un libro sobre cómo curar la ansiedad y la depresión sin medicamentos ni psicoanálisis.
Los resultados del estudio del CHUM -en el cual 250 pacientes recibirán una dosis de omega-3 y el resto un placebo- serán dados a conocer dentro de un año y medio, y buscan fundamentar científicamente otros tres estudios menores hechos en Estados Unidos.
Servan-Schreiber dijo a Radio-Canadá que los omega-3, que no pueden ser fabricados por el cuerpo humano, desaparecieron de la dieta normal con el cambio de alimentación de los animales.
El maíz reemplazó al pasto, fuente de esas grasas, en el engorde los bovinos, y en muchos países se consume muy poco pescado de aguas frías.
El elemento activo de los omega-3 sobre el cerebro, que aliviaría la depresión, es el acido eicosapentaonico (AEP), que es abundante en peces como las sardinas, el salmón y el bacalao.
