El tres de agosto de 1492, Cristóbal Colón, partió del Puerto de Palos de Moguer, España, en busca de nuevas tierras para la Corona; lo acompañaba el marino Martín Alonso Pinzón y el piloto cartógrafo Juan de la Cosa. El 12 de octubre llegaron a América, gracias a que españoles y portugueses habían inventado la carabela con mejor diseño de casco y velas triangulares, adaptando para la orientación a la aguja imantada, utilizando el astrolabio y otros instrumentos de tecnología de punta.
Ese es el origen de los festejos del ?Día de la Raza?, que deberían ser de ?La Etnia Latinoamericana?, pues sólo existe una raza: la humana. De ahí, se desencadenan eventos tales como la Conquista de México y en genética, la mezcla española e indígena, dando lugar al mexicano.
Con el paso del tiempo, la importancia de señalar el hecho ha ido en decremento; si anteriormente se suspendían clases, organizábamos fastuosas ceremonias y hasta deteníamos el trabajo de algunos sectores productivos, hoy se reconoce, pero asistiendo a la escuela, laborando y sólo haciendo algún sencillo festejo.
A la fecha no podemos definir con seguridad nuestras particularidades, ni acordar sobre nuestra cultura y mucho menos tener consenso sobre quiénes somos. Los laguneros, caso con agregados genéticos, culturales y de hibridación, apenas festejamos un siglo de la organización de ciudades, caso de Gómez Palacio y Torreón, estando constituidos con varias y muy diferentes influencias.
Sin duda la combinación genética de europeos y americanos nos hizo particulares, con grandes características, positivas y negativas: un país ?surrealista?, como nos definiera André Bretón.
Roger Batra, un reconocido maestro del Instituto de Investigación de Ciencias Sociales de la UNAM, publicó el texto ?Anatomía del Mexicano? que reúne algunos documentos sobre el tema.
El mismo profesor Batra, propone conceptos sobre nuestros orígenes, creados por indígenas y españoles, resumiendo los períodos de la patria; desde pre-conquista y el ambiente cultural europeo, pasando por la conquista, colonia, independencia, país naciente, reforma, revolución y el México moderno, este último dividido en dos grandes períodos: uno ?corto?, desde la guerra civil de 1910, hasta el movimiento de 1968; y un ?largo?, que arranca en la misma fecha, pero que aún no concluye.
Nos refiere al ensayo de Ezequiel A. Chávez, filósofo y profesor porfirista, que hizo un primer análisis del mexicano, clasificándolo en tres grupos básicos: el indígena puro, los mestizos vulgares y los superiores, describiendo particularidades de cada uno, desprendiendo justificaciones del ser y desempeño humano. En la actualidad, habrá que agregar la participación genética de todas las etnias del mundo.
Al indio lo declara introvertido, callado y aparentemente sumiso, con memoria y paciencia, hasta para la venganza; al mestizo vulgar lo menosprecia con base a sus antecedentes de sometimiento y agresión social sufrida; y al que denomina ?superior?, lo considera suficientemente capaz para sobresalir y alcanzar los grandes éxitos personales y nacionales.
Julio Guerrero, sociólogo y abogado fallecido en 1937, escribió el texto ?Génesis del crimen en México?, considerado un clásico del derecho y asevera que la violencia del siglo XIX produjo ?una impresión profunda en el espíritu mexicano? llenando la mente de recuerdos y antecedentes de lucha, sangre, fuego, combates, fugas, asesinatos, incendios y robos.
Los pensadores de inicios del siglo anterior, enfrentaron el hecho del alcoholismo en el mexicano y durante la época porfiriana se llevaron a cabo distintos debates publicados en revistas y semanarios de la época, que trataban de dar explicación a la patología social: agravio, pobreza, menosprecio, ataque a la integridad individual, pobre construcción humana a partir de familias monoparentales y míseras, hasta otras causas que nos han sido enunciadas desde entonces.
El filósofo Antonio Caso, escribió la ponencia ?Alas y plomo?, en que arengaba al mexicano animándolo a luchar por la superación: ?El ensueño más puro es no más quimérico, si no afianza en ?la santa realidad? y con ella se integra (...) quien quiera volar ha de tener ?alas y plomo? ?vivía la Revolución? y ha de ser respetuoso y osado, ?valiente y cortés??. José Vasconcelos, el gran educador mexicano, criticaba agriamente al discurso político de exaltación, populachero, desubicado e irreal, invitándonos a la tarea nacional y alejarnos de la demagogia; en su ?Raza cósmica? advertía: ?¡Cómo deben reír de nuestros desplantes y vanidades latinas esos fuertes constructores de imperios!?
Otros pensadores mexicanos, entre ellos Carlos Monsiváis, Guillermo Bonfil, Carlos Fuentes y Octavio Paz, con su ?Laberinto de la Soledad? y el famoso estudio ?El chingoles: primer diccionario del lenguaje popular mexicano?, de Pedro María de Usandizaga y Mendoza han hecho grandes aportaciones para conocer nuestra esencia, comentarios que por falta de espacio dejaremos para otro ?Diálogo?. Lo cierto: somos un grupo étnico de grandes valores y amplio futuro, si acaso nos decidimos a trabajar para construirlo. Feliz ?Día de la Raza?. ydarwich@ual.mx