México se reivindicó ante Argentina y enseñó que está listo para soñar aunque hoy se va a casa eliminada y con la sensación de que merecía más que los octavos de final del Mundial de Alemania 2006.
Los mexicanos sacaron lo mejor que tienen para jugarle de frente a Argentina, pero otra vez han tenido que marcharse de un torneo eliminados porque el futbol se inclinó a favor del rival con un gran gol de Maxi Rodríguez que no deslució su rendimiento y su mérito.
LEIPZIG, ALEMANIA
EFE
Ya es una frase común la de que jugó como nunca y perdió como siempre, pero su comportamiento en el Zentralstadium de Leipzig fue así. Tocó la pelota, presionó la marca y en momentos tuvo a Argentina en un puño, pero le amargó la boca en no poder superarla.
Este partido ha sido lo mejor que ofreció en esta Copa del Mundo de Alemania, tras una primera ronda irregular en la que sumar puntos y calificarse a los octavos fue su máximo objetivo, y al final superar algunos problemas que le surgieron.
Alemania 2006 será para México el Mundial en el que confirmó su crecimiento y su presencia constante en los octavos de final, pero también un sabor un poco amargo porque se preparó como nunca para hacer historia.
El arranque fue espectacular al vencer 3-1 a Irán con un doblete de Omar Bravo que despertó unas expectativas que se fueron apagando de apoco con el 0-0 ante Angola en la que el equipo perdió la orientación del marco rival.
Le faltó el gol, pero además cuando lo tuvo lo falló como le ocurrió en el tercer partido de la primera ronda, ante Portugal, al fallar Bravo un penalti.
Aunque el objetivo ansiado de lograr un quinto partido tendrá que esperar al menos cuatro años más, a Sudáfrica 2010, México ya tiene listo el análisis del expediente de Alemania 2006 y el futuro dependerá mucho de que tomen las lecciones.
Lo primero es haber cumplido un proceso íntegro, de Mundial a Mundial, encabezado por el argentino Ricardo La Volpe, técnico con 26 años de residencia en México y conocedor de las fortalezas y debilidades de este fútbol.
En ella trabajó La Volpe desde el 22 de octubre del 2002 hasta el 24 de junio, en un largo proceso de 74 juegos que comenzó y terminó ante el mismo rival, la Argentina de sus etapas como seleccionado.
El nacimiento y la consolidación de una nueva generación de jugadores y, ante la falta de experiencia en las ligas de otros países, un calendario cargado de juegos internacionales para darles la experiencia.
Jugadores como el portero Oswaldo Sánchez, el volante Pavel Pardo y el delantero Jared Borgetti, han cumplido el que, tal vez, sea su último mundial, pero detrás de ellos la selección ha visto surgir a sus sucesores.
Rafael Márquez es una gran realidad en el equipo mexicano y sus compañeros en la zaga central, Ricardo Osorio y Carlos Salcido tienen el futuro por delante al igual que volantes como Gonzalo Pineda y Mario Méndez.
Andrés Guardado, el más joven de la plantilla mexicana, ya debutó en una Copa del Mundo y su actuación ante Argentina enseñó algunos de los nuevos atributos del jugador mexicano: serenidad, idea futbolística y desenfado para enfrentar a las potencias.
Ahora mucho dependerá de fortalecer este proceso, darles roce internacional y motivarlos a emigrar a otros países porque seguirá como un habitual en los Mundiales y del tomar la lección dependerá de que no haya más mundiales con la sensación de jugar bien y siempre marcharse a casa.
