Augusta, Georgia.- Phil Mickelson se volvió a enfundar ayer la chaqueta verde que lo acredita como campeón del Masters de Augusta, su segundo campeonato en tres años.
Mickelson, que hasta hace tres años había participado en 42 de los grandes torneos y no había ganado ninguno, entregó una tarjeta de 69 golpes para un total de 281 tras cuatro jornadas.
Tim Clark fue segundo con dos golpes más, y un grupo de seis golfistas quedaron emparejados en el tercer lugar con 284 golpes, entre ellos Tiger Woods -campeón el año pasado- y José María Olazábal, que tuvo la mejor ronda de la fecha con 66 golpes.
El argentino Ángel Cabrera estuvo espléndido con 68 golpes, para quedar entre los primeros a sólo cuatro golpes de Mickelson. Fue el mejor latinoamericano del torneo.
El campeón ganó con una facilidad asombrosa y hasta se permitió el lujo de hacer bogey en el último hoyo. Sólo un desastre hubiera evitado la victoria de Mickleson.
El golfista se mantuvo sereno durante toda la jornada con un juego muy preciso y calculador. Fred Couples, Tiger Woods y Vijay Singh no pudieron hacer nada para acercarse a él y cometieron varios errores que los dejaron muy alejados de la cabeza.
Mickelson ganó su primer Masters en el hoyo 18, con un espectacular birdie. El año pasado ganó el PGA (Asociación de Golfistas Profesionales), su segundo grande, también en el 18.
En esta ocasión, Mickelson se mostró muy comedido en su celebración, levantó el puño y sonrió, para luego abrazarse con sus hijas y su esposa.
La victoria le representa un cheque de 1.26 millones de dólares y queda segundo en el ranking, por detrás de Woods.
Mickelson ganó por tercer año consecutivo una competencia importante, una hazaña que hasta ahora sólo había logrado Tiger Woods en 20 años. Sólo cinco golfistas han conseguido esa proeza desde que los Masters empezaron en 1934.
Woods tuvo un pésimo desempeño en el juego de corta distancia, con fallos que no suele cometer en torneos de este calibre. El padre de Tiger Woods, uno de sus mentores desde niño, no acudió al evento, como lo ha hecho cada año, porque padece de un cáncer.
Tiger tuvo dos ocasiones de embocar un eagle y falló en ambos. Consiguió un birdie de 7.5 metros en el hoyo 18, pero ya era demasiado tarde.