Nacional Claudia Sheinbaum Seguridad Narcotráfico Generación Z Pensión Bienestar

Migración, fuga de jóvenes

Parte del bono demográfico que representa la población mexicana en edad productiva termina en EU. La disparidad económica y la salarial entre ambos países, los atractivos.

EL UNIVERSAL-AEE

MÉXICO, DF.- La movilidad social en México hace alrededor de 25 años que está atorada. Nunca antes tantos jóvenes se fueron en busca de una vida mejor: siete de cada diez migrantes tienen entre 15 y 24 años. Los padres de los menores con frecuencia afirman que es mejor aceptar que se vayan porque de todas maneras lo harán, no pocos incluso los apoyan porque saben que acá ?no la harán?.

Cruzar la frontera y trabajar al otro lado es el sueño, lo intentan una y otra y otra vez hasta lograrlo ?arriesgando incluso la vida?, a pesar de fracasos, deportaciones o repatriaciones. ¿Qué los impulsa a migrar? Hay sin duda una maraña de motivaciones.

Más de una tercera parte (35.4 por ciento) de los jóvenes y adolescentes mexicanos se encuentran atrapados en la pobreza, esto implica muchas privaciones, pero también que carecen de condiciones adecuadas para su desarrollo personal.

A finales de siglo XX eran algo así como siete millones. Los jóvenes no tienen condiciones para acumular calificaciones o destrezas que les permitan incorporarse al mercado laboral, adicionalmente los que viven en hogares pobres por lo regular abandonan a edad temprana el sistema educativo. Sueñan y se mueven para que la pobreza no mantenga cautivos a ellos y a las siguientes generaciones.

Mientras, en México el desempleo abierto de jóvenes entre 15 y 24 años es casi el doble del de la población en edad productiva (de 12 años y más). En Estados Unidos hay interés por la mano de obra mexicana, lo que se demuestra con que cerca de 90 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) nacida en México tiene empleo, si bien es cierto que el desempleo juvenil allá es también superior.

Dos cuestiones atraen a los jóvenes; la primera es la disparidad salarial acá y allá ?en una hora un joven puede ganar en Estados Unidos lo que acá en México en un día, si no es que más? y la disparidad económica entre ambos países que representa un enorme imán de atracción por las oportunidades que se abren y que incluyen elevados niveles de bienestar, educativos y de salud.

En el último cuarto de siglo México ha tenido un crecimiento raquítico y no ha creado los empleos suficientes para absorber a la población que podría integrarse a los mercados laborales. Hoy hay más jóvenes que nunca en edad de trabajar; parte del llamado bono demográfico que representa la población en edad productiva termina en Estados Unidos. Migran más los hombres que las mujeres ?aunque la migración femenina tiende a crecer?; en esas edades 94.6 por ciento de los que migran son hombres, solteros casi las tres cuartas partes y con una escolaridad promedio de siete grados aprobados, de acuerdo con el estudio La situación actual de los jóvenes en México del Consejo Nacional de Población (Conapo).

Ni los partidos, ni los gobiernos se hacen cargo del tamaño de la pérdida. Migran siempre los mejores, los que tienen mayor iniciativa y más empuje, los que no se conforman con realidades adversas, los que están decididos a mejorar con su trabajo. La falta de movilidad social empuja a cientos de miles a migrar cada año. Las encuestas en que la gente afirma que sus hijos no tendrán una vida mejor, arrojan datos sociológicos que no se valoran adecuadamente en los ámbitos educativos, políticos, sociales. Hace tiempo que en México se dejó de creer en que quien trabaja, mejora.

Cada vez con mayor frecuencia los jóvenes no pretenden ya migrar temporalmente sino de manera definitiva, integrándose a nuevas realidades y buscando adquirir otra nacionalidad: la estadounidense. ¿Están desahuciando los jóvenes la posibilidad de mejorar en México?

La pérdida

Los que migran saben que la vida en Estados Unidos será dura ?en términos familiares, sociales, económicos, culturales?. Los mexicanos de primera generación tienen que abrirse camino en condiciones de extrema vulnerabilidad por el no-dominio del idioma inglés, por los bajos niveles de escolaridad, por realizar los trabajos menos calificados, por la falta de documentos para trabajar y los riesgos que esto implica, por las dificultades que enfrentan para la reunificación familiar ?llevarse a la compañera, al hijo, a los hermanos y en ocasiones a los padres?. Esos jóvenes que migran viven gigantescas transiciones asumidas como tales con un solo objetivo: mejorar. La segunda generación, la de los hijos de migrantes, tiene la oportunidad de dar un gigantesco salto hacia delante en lo que respecta a educación y niveles de vida.

En la migración juvenil, nueve de cada diez reciben ayuda de las redes sociales y familiares en el desplazamiento hacia Estados Unidos a través del territorio nacional, para cruzar la frontera, para llegar al punto de destino, para alojarse, para encontrar empleo, para curar heridas y aliviar ausencias? Aunque cada vez con mayor frecuencia tienen que pagar el servicio de ?polleros? porque las dificultades y los peligros de los cruces no dejan de incrementarse.

México pierde muchos jóvenes cada año. La pérdida neta anual de población por migración es de 400 mil; son jóvenes de entre 15 y 24 años 70 por ciento de ellos, trece veces más que hace 30 años.

El nuevo Gobierno deberá definir si ése es el camino que les queda a los jóvenes mexicanos para mejorar.

Leer más de Nacional

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nacional

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 235046

elsiglo.mx