Resulta preocupante el incremento del flujo migratorio a México. Las cifras son contundentes: en los últimos cuatro años se registró un aumento de 74 por ciento, al pasar de aproximadamente 138 mil extranjeros asegurados a 240 mil, según el Instituto Nacional de Migración (INM).
La migración es un problema que afecta los derechos de quienes se desplazan, porque facilitan abusos y discriminación. En México la mayoría de las estaciones migratorias viola los derechos humanos fundamentales, al tratar a los extranjeros como si fueran delincuentes. Las personas deben esperar en celdas el momento de ser repatriadas.
Son los centroamericanos quienes con mayor frecuencia emigran a México buscando un mejor nivel de vida, en menor medida lo hacen los europeos, asiáticos y africanos. Se estima que 200 mil migrantes indocumentados transitan cada año por México hacia otro país, principalmente a Estados Unidos. Las personas van en busca del Sueño Americano.
Las repatriaciones de extranjeros que realizan las autoridades migratorias mexicanas sugieren la cantidad del flujo. Anualmente se ha llegado a reportar 138 mil 061 personas devueltas, de las cuales más del 90 por ciento procede de Guatemala, Honduras y El Salvador. La situación se agrava en la frontera sur del país.
Los abusos más recurrentes que enfrentan los migrantes son la extorsión, el robo, la agresión física, el abuso sexual, la destrucción de documentos y detención sin información sobre sus derechos. La impunidad y el encubrimiento de estos abusos es permanente, pues la mayoría de los migrantes enfrenta grandes riesgos para hacer una denuncia.
Ante el aumento del flujo migratorio es importante que las autoridades mexicanas, pongan énfasis en mejorar las condiciones de las estaciones, para en realidad respetar los tratados internacionales sobre Derechos Humanos.