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La Habana, cuba.- El líder cubano, Fidel Castro, marchó ayer en el cierre de una movilización en la que participaron 1.4 millones de personas, según medios locales, frente a la Sección de Intereses de Estados Unidos (EU) en protesta contra la política de Washington.
Castro acusó al Gobierno del presidente estadounidense, George W. Bush, de intentar romper los precarios lazos que mantiene con La Habana y de planear liberar al anticastrista Luis Posada Carriles, acusado de terrorismo por la isla. Casi siete horas después de haber comenzado la marcha, Castro caminó unos cientos de metros por el Malecón habanero hacia la sede de la Sección de Intereses (Sina).
La Sina respondió a la movilización masiva convocada por Castro con la proyección de mensajes políticos en grandes pantallas luminosas invitando a los manifestantes a discrepar de su Gobierno.
“Si es una batalla de ideas por qué no pueden discrepar con su Gobierno”, rezaba uno de los mensajes de la Sina, mientras una multitud aclamaba a Castro, que a pocos metros de distancia, junto a la estatua del héroe nacional José Martí, denunciaba los nexos entre el Gobierno de EU y la “mafia” cubano-americana de Miami.
“Ya encendieron el cartelito, qué valientes son las cucarachas”, dijo Castro, de 79 años.
Castro, en contra de lo habitual, no marchó con los manifestantes y siguió la protesta desde la sala de protocolo del sótano de la Tribuna Anti-imperialista levantada frente a la Sina en 2000, antes de incorporarse al cierre de la protesta. Un gran cartel anunciando la macabra película “El Asesino”, con los rostros de Bush y Posada Carriles como vampiros sedientos de sangre, destacaba sobre el Malecón, similar a los poster que portaban miles de cubanos con lemas como: “La injusticia tiembla” o “Asesinos”.
Para Castro, la nueva estrategia norteamericana de proyectar mensajes políticos desde su sede en La Habana, confirma que Washington quiere forzar una ruptura de las escasas relaciones diplomáticas que mantienen ambos países desde 1977.
