Con una presencia aproximada a diez mil personas en la plancha del Zócalo capitalino, y con el sonido de las campanas de la catedral como fondo, el partido entre México e Irán se observó a través de las pantallas gigantes colocadas en este punto del Centro Histórico.
MÉXICO, DF
NOTIMEX
Los aficionados mexicanos se congregaron en este lugar emblemático de la Ciudad de México y cómodamente sentados entorno a las dos pantallas disfrutaron de las emociones brindadas por los dos equipos en su debut en Alemania 2006.
Conforme se fue desarrollando el juego, los aficionados mexicanos fueron disminuyendo la cantidad y calidad de las porras para concentrarse en el partido.
Para mitigar el calor algunos bebieron agua, otros refrescos y no faltó quien calmara la sed provocada por el clima caluroso tomando una cerveza.
Al momento en que cayó el primer gol del equipo mexicano salieron cientos de banderas y miles de papelitos tricolores que festejaron la anotación de Omar Bravo al minuto 28, lo que hizo albergar esperanzas de que los "tricolores" se encaminaban al triunfo.
Entre el mosaico de personajes que deambulaban se veía a un valiente disfrazado de elefante, los vendedores ofrecían playeras, cornetas, banderas, sombrillas y paliacates, y otros maquillar los rostros de los aficionados con los colores patrios.
También se hicieron notar un par de figuras de las mascotas de la selección nacional, una muy grande de "Espinito" y la de "Pique", la mascota de México en el Mundial de 1986.
Al momento de caer el empate, en un error atribuido al arquero mexicano Oswaldo Sánchez, los aficionados lamentaron la anotación pero nadie recriminó la falla, quizá porque entendieron la difícil situación emocional del portero tras la muerte de su padre esta semana.
Al terminar la primera mitad, muchas personas abandonaron la plancha del Zócalo capitalino para buscar algo que comer y beber en lo que reiniciaban las acciones del partido mundialista en el estadio Franken Stadion.
La preocupación de los aficionados seguía siendo evidente pues aunque el equipo nacional dominaba el partido no lograba concretar sus oportunidades.
Conforme pasaban los minutos el alboroto de la gente fue creciendo, tal vez de nervios sintiendo que se le escapaba la oportunidad de alcanzar el triunfo al equipo nacional, mas el segundo gol de Omar Bravo hizo estallar de júbilo a los seguidores.
Luego, con la anotación de Zinha la alegría subió de nivel y el apoyo, a la distancia, para los jugadores fue mayor, con brincos y gritos festejaron el triunfo.
Al concluir el partido con la victoria de 3-1 a favor de México las banderas por decenas se agitaron y los brazos en alto y las sonrisas en los rostros de los aficionados fue el feliz colofón de esta jornada que puso fin a una larga espera tras una dilatada calificación mundialista .
Falla una de las pantallas gigantes
Los aficionados que acudieron a la alberca olímpica Francisco Márquez de esta ciudad para observar el juego de México contra Irán en su presentación en el Mundial de Alemania 2006 se quedaron con las ganas de verlo debido a una falla en la pantalla gigante.
En la pantalla instalada por el gobierno del Distrito Federal en uno de los cuatro puntos de la capital, aproximadamente 100 aficionados que acudieron a la explanada de la alberca protestaron con gritos y rechiflas por la falla técnica.
Desde temprana hora algunos fanáticos y vendedores ambulantes con banderas y playeras de la selección mexicana esperaron pacientemente para seguir la presentación del equipo azteca en la justa germana.
Varios técnicos encargados de instalar la pantalla gigante trataron sin éxito de encender la pantalla de aproximadamente dos por tres metros sobre un templete colocado sobre la avenida División del Norte esquina con Río Churubusco.
Algunas familias llegaron en trasporte público y de inmediato se colocaron al pie de la pantalla protegida con una valla metálica con el propósito de vitorear a sus jugadores favoritos.
