EFE
WASHINGTON, EU.- El sargento Peter Damon, un militar de la Guardia Nacional que perdió ambos brazos en la guerra en Irak, ha demandado al director Michael Moore por 85 millones de dólares como indemnización por su ?pérdida de reputación, estrés emocional, bochorno y humillación?.
Damon, de 33 años, alega que en su película Fahrenheit 9/11 el cineasta usó imágenes de una entrevista sin su consentimiento y que en la cinta aparece ?retratado negativamente? y como una persona contraria a la guerra.
La demanda, de la que los medios de comunicación estadounidenses informan, fue presentada la semana pasada ante la corte superior de Suffolk, el condado donde se encuentra Boston.
En la misma, Damon reclama 75 millones de dólares en daños y perjuicios y su esposa diez millones por el estrés mental causado a su marido. El guardia nacional perdió sus brazos cuando estalló la rueda de un helicóptero Black Hawk mientras él y otros reservistas hacían en tierra el mantenimiento del aparato.
Damon concedió una entrevista al espacio informativo Nightly News de la cadena estadounidense de televisión NBC en conexión con un nuevo analgésico que el ejército usaba con los reservistas.
Según la demanda, aparece retratado como ?si se quejara de la guerra? cuando realmente lamentaba ?el dolor espantoso? de sus heridas, y el director utiliza a su conveniencia una frase de la entrevista en la que parece que afirma que se sintió abandonado por la administración del presidente George W. Bush y los militares. En su justificación de la demanda, Damon asegura que apoya y defiende al presidente Bush y que no se sintió abandonado en ninguna ocasión.
El abogado de Damon, Dennis Lynch, aseguró que este tema ha sido un ?disgusto? para su cliente ?porque siempre ha apoyado a su Gobierno, ha sido un patriota y un soldado que ahora aparece retratado como la antítesis de todo esto?.
El documental de Moore arranca con las elecciones estadounidenses de 2000, que dieron la victoria por un estrecho margen a George W. Bush, para luego detallar las oscuras relaciones de negocios entre George Bush padre y la familia de Osama Bin Laden, poniendo de relieve que el poder y la riqueza del enemigo número uno de EU ha aumentado gracias a ese vínculo.
El filme también indaga sobre cómo Bush utilizó el ataque a las Torres Gemelas para su propio beneficio político tras el 11 de septiembre de 2001 y cómo el poder logra crear un miedo colectivo para distraer a la atención pública de los verdaderos problemas.
