Con una Santa Misa solemne que nos ofreció nuestro Excelentísimo Sr. Obispo de Torreón, Don José Guadalupe Galván Galindo y también nuestro Excelentísimo Sr. Obispo Emérito, Don Fernando Romo Gutiérrez, acompañados de todo el presbiterio de la Diócesis de Torreón, se dieron inicio a los festejos del Centenario de esta ciudad.
Organizada por la Comisión de Relaciones Públicas del Centenario y un enlace religioso de la Diócesis en la persona del sacerdote Don Víctor Manuel Gómez Hernández, se dieron los preparativos para hacer de este evento, un agradecimiento al ?Creador?, no sólo de creyentes católicos cristianos, sino de todos los que profesan fe en las Iglesias Históricas.
El templo escogido fue el de la Parroquia de San José por sus grandes dimensiones y majestuosidad y en donde en forma normal cupieron aproximadamente mil 900 personas, adornado con grandes pendones alusivos al Centenario de Torreón.
Estuvieron representados por jóvenes muy bien caracterizados los diez principales grupos étnicos que dieron lugar a la fundación de esta hermosa región: los españoles, los chinos, libaneses, franceses, norteamericanos, ingleses, japoneses, alemanes, holandeses, quienes desfilaron con la bandera de su país por el centro del templo, encabezados por la bella reina del Centenario de Torreón, Vania Bracho García que con llamativa vestimenta de china poblana portó orgullosamente la bandera mexicana que ondeó al lado del altar.
La entrada del Sr. Obispo, acompañado por los seminaristas, por el presbiterio de Torreón y con guardia por los ?Caballeros de Colón? fue por demás grandiosa, ya que en ellos reconocimos a muchos confesores, líderes morales y luchadores sociales que han sido excepcionales en el desarrollo espiritual de la región.
Alegría y solemnidad le dieron las voces extraordinarias del coro diocesano quienes estuvieron acompañados por músicos de la Camerata de Coahuila y dos trompetas que le daban el tono seráfico a la ceremonia.
Intervino la banda de guerra del Instituto Francés de La Laguna, quienes se distinguieron por su marcialidad y gallardía, llegando sus redobles y toques de clarín a todos los rincones del recinto, especialmente con su estruendosa entrada, en la consagración del cuerpo y la sangre de Nuestro Señor Jesucristo y en la salida con los grupos étnicos.
Los matachines laguneros muy reconocidos de faldillas rojas, blusas blancas y con pañoleta en la cabeza no podían faltar, llevados por ese ritmo de las percusiones que nos trasladan hasta los primeros habitantes de las regiones indígenas, representando a gente del pueblo, fueron un símbolo de la profunda religiosidad que vivieron nuestros ancestros, la humildad con la que se acercan a Dios y la inherente reverencia con la que se retiran.
Las ofrendas fueron por demás significativas, ya que se llevaron al pie del altar por gente de los barrios las réplicas de la ?Casa del Cerro?, El teatro Martínez, el Puente Nazas, el Cristo de las Noas, el Templo de Guadalupe; también hubo un regalo de las bellas artes por una hermosa escultura de la artista lagunera Itziar Fernández Ugarte, hecha con motivo del centenario y entregada personalmente. No podían faltar los obreros de la planta Peñoles, los trabajadores de Tyson, Soriana, Cimaco, Lagacero quienes dejaron sus ofrecimientos al Señor.
Las palabras en el sermón del Sr. Obispo preparadas con todo esmero fueron por demás un mensaje de agradecimiento al Señor por estos 100 años cumplidos, de la gran concordia y solidaridad que caracterizó a los diferentes grupos que fundaron la región, palabras de aliento para proseguir en el camino del esfuerzo y la prosperidad para así tener un desarrollo equilibrado tanto en lo material como en lo espiritual de sus habitantes, de reconocer que aún hay muchos rezagos sociales y que es urgente que se vayan remediando con la participación de todos los sectores, en forma especial de los actores políticos sobre quienes recae gran parte de la solución a estos problemas.
Mencionó y agradeció fraternalmente la presencia de los presbíteros de las Iglesias Históricas: Presbiterianos, Bautistas, Metodistas, Evangelistas, Luteranos, de la Iglesia de Jesucristo, y Musulmanes, a quienes instó a trabajar por el mayor conocimiento y práctica de los valores del cristianismo. Terminó felicitando a toda la ciudadanía de Torreón por haber llegado a estos primeros 100 años con una región muy pujante con grandes proyectos y desarrollo, a ?Sentir el Centenario? con todo lo que significa llevarse la mano al corazón, a vivir su alegría y fiestas, para preparar la próxima centuria.
Los pastores de las Iglesias Históricas nos ofrecieron cada uno, una oración muy sentida y un mensaje de amor y hermandad a toda la comunidad que fue recibido con gran aprecio por todos los presentes y un abrazo de paz y concordia que compartimos con todos ellos y que encabezó el Sr. Obispo, Don José Guadalupe Galván Galindo.
Terminamos esta jornada ecuménica con las tradicionales Mañanitas que junto con el coro diocesano entonamos dedicada a la ciudad de Torreón en sus 100 años.
¡Felicidades a todos los torreonenses! ¡Felicidades a todos los laguneros!
¡Vamos a sentir el Centenario!
?SEÑALEMOS EL RUMBO?.
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