HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
Sopló el aire de enero.
No era un aire fuerte; era apenas un ligero viento que ni siquiera alcanzaba a agitar las ramas de los árboles.
Por eso Adán vio que el aire no llevaba polvo, ni briznas de hierba, ni hojas.
Algo llevaba el aire, sin embargo, que Adán no supo qué era.
Preguntó:
-Señor: ¿qué es eso que se lleva el aire en estos primeros días de enero?
Le contestó el Señor con voz en la que había tristeza:
-Son los propósitos de Año Nuevo.
¡Hasta mañana!..