El padre Soárez charlaba con el Cristo de su iglesia.
-Señor -le dijo con tristeza-. En el mundo hay mucho sufrimiento. Hay injusticia, hay hambre, hay dolor, hay violencia, hay soledad... A veces, Señor, siento deseos de preguntarte por qué no haces nada para remediar todo eso.
Respondió el Cristo:
-Y ¿por qué no me lo preguntas?
Contestó el padre Soárez, apenado:
-Porque temo que tú me preguntes lo mismo.
¡Hasta mañana!..