Es una pena que el presidente Fox no haya acudido prontamente a mostrar su solidaridad a los familiares de los mineros de Coahuila. Su presencia habría sido de mucho consuelo para ellos en las terribles horas del dolor.
Hay veces que lo mejor que un gobernante puede dar a la gente es su presencia. Pero Fox tenía cosas menos importantes qué hacer, y regateó lo que sin esfuerzo alguno habría podido dar.
Si algo se recuerda de Miguel de la Madrid es su ausencia en los días terribles que siguieron al sismo en la Ciudad de México. En Coahuila se le reprochará a Vicente Fox su falta de sensibilidad ante esta tragedia que enlutó a tantas familias. Esperemos que la ayuda del Gobierno Federal a los deudos de los mineros muertos remedie en algo el error presidencial.
¡Hasta mañana!..