Variación opus 33 sobre el tema de don Juan.
Cuando llegó don Juan a la morada celestial San Pedro le prohibió la entrada.
-Aquí no entran polígamos -le dijo hosco.
-Entonces puedo entrar -replicó el seductor-. Soy el monógamo perfecto. Amé a muchas mujeres, eso es cierto, pero cuando amaba a una todas las demás desaparecían para mí. Jamás, por tanto, incurrí en poligamia. Soy más monógamo que los hombres que tienen una sola mujer pero piensan en otra cuando están con ella.
-No entiendo -vaciló el portero.
-Entenderás si te digo que en cada mujer las amé a todas, y que en todas las mujeres amé a una sola.
San Pedro se volvió hacia el ángel.
-Déjalo entrar. Éste me va a volver loco con sus argumentaciones.
Terció su capa don Juan y entró con paso firme en el empíreo. Mil mujeres sonrieron: si don Juan las había hecho conocer el cielo, bien merecía conocerlo él.
¡Hasta mañana!..
