Llegó de pronto y dijo:
-Soy objeto de injusta discriminación.
-¿Por qué? -le pregunté sin saber aún quién era.
-Porque toda la gente dice: "Pasé las de Caín". Yo soy Abel. Fui muerto por mi hermano. La pasé entonces peor que él. Y sin embargo nadie dice: "Pasé las de Abel". Todo mundo repite: "Pasé las de Caín". Se supone que soy el bueno, y sin embargo el malo se lleva todo el crédito.
-Y ¿qué puedo hacer por usted?
-Haga saber mi queja a sus lectores.
La verdad, no encuentro la manera de informar acerca de esto. Aquí me tienen, por lo tanto, pasando las de Caín. O las de Abel, para que no haya quejas.
¡Hasta mañana!..