Diré que es el humo. ¡Tantas mujeres y hombres ya lo han dicho con música y con letra! Diré que es el humo lo que me pone en los ojos este lloro. Pero no será el humo. Será, sí, la tristeza.
Miro en la alta montaña arder el bosque. Ese rojizo fuego está sobre el reliz en que nos detuvimos aquel día para mirar el vuelo de los raudos loros. Aquellas llamaradas ocultan la vereda por la que íbamos a buscar un hilillo de agua que brotaba como milagro entre las nubes...
¿Por qué hace esto Dios? ¿Por qué Dios deshace esto? También esa pregunta arde en mí. Ya no más musgo y heno para la Navidad; ya no el furtivo paso del venado, ni el canto del pájaro azul que nos seguía saltando de árbol a árbol en nuestras caminatas...
Diré que es el humo. Pero no será el humo. Será, sí, la tristeza...
¡Hasta mañana!..