Esta preciosa flor se llama azucena de dolores. En ella las mujeres del Potrero creen hallar los símbolos de la pasión de Cristo: la cruz; la corona de espinas; las heridas en manos, pies y pecho del crucificado...
Doliente flor es esta dolorosa. Y sin embargo es bello su color, y suave el aroma que despide. La miro en su maceta del zaguán, y sin palabras me dicta una lección. Cuando yo sufra debo ser como esta azucena dolorida: en silencio llevar mis clavos y mi cruz, y aun en mi sufrimiento aromar la vida de los demás y darles lo mejor y más grato de mí mismo.
Esta azucena de dolores es hermosa. Y es también para mí maestra buena.
¡Hasta mañana!..