?Arredro vayas, Satanás / A mí no me llevarás, / porque el día de la Santa Cruz / dije mil veces: Jesús, Jesús, Jesús, Jesús, Jesús...?.
Con dos rosarios, uno en cada mano, se rezaba el 3 de mayo esa piadosa letanía. Con el rosario de la mano derecha se iban contando las veces que se decía el nombre del Señor; con el de la mano izquierda se numeraban las vueltas que se daban al otro rosario hasta completar las veinte cincuentenas.
Eso de ?arredro? era una descomposición de la frase latina ?Vade retro?, usada para rechazar al espíritu maligno. Mi tía Crucita, que de Dios goza ya, hacía que sus sobrinos, niños todos, nos abroqueláramos contra el demonio recitando el día de la Cruz ese infalible exorcismo. Lo decíamos en el camino que iba por los trigales desde la loma hasta la casa campesina. La voz de mi tía, fina como la luz de la tarde en declive, se confundía con nuestras tenues voces y con el canto de la alondra. En el rancho esa ave de amarillo pecho no se llama ?alondra?: se llama ?artículo de fe?, pues su canto parece pronunciar tales palabras.
¡Hasta mañana!..
