Llegó el Perdón a una casa. El morador abrió la puerta.
-¿Quién eres? ?preguntó.
-Soy el Perdón ?dijo el recién llegado-. ¿Puedo entrar en tu casa?
-Entra ?respondió el hombre-. Sé que tu presencia me hará bien.
-No vengo solo ?declaró el Perdón-. Traigo conmigo a alguien que siempre me debe acompañar. Si quieres que entre yo en tu casa, también él deberá entrar.
Quiso saber el hombre:
-¿Quién es tu compañero? ¿Quién es el que por fuerza ha de seguirte?
Y contestó el Perdón:
-Se llama Olvido.
¡Hasta mañana!..