HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
Lo que sea de cada quien: al Dios del Antiguo Testamento le gustaba mucho prohibir: No harás esto; No comerás esto otro; No pensarás aquello. Era un Dios legislador y un juez severo. Todo se le volvía prohibiciones y castigos. En cambio el Dios del Nuevo Testamento es muy distinto: como tuvo mamá aprendió a amar, y se hizo entonces Dios de amor. Un solo mandamiento nos dictó: Amaos los unos a los otros.
Sin embargo mi cuento de hoy trata del Dios del Antiguo Testamento. La Biblia calla esto, pero la verdad es que originalmente el Señor no se propuso darle diez mandamientos a Moisés, sino diez mil. Tuvo Moisés que llevar quinientas mulas a la cima del Monte Sinaí para poder bajar todas las tablas de la Ley. Al pueblo no le gustó recibir tantos mandamientos, pues le iba a ser difícil quebrantarlos todos. Así, los hombres y las mujeres le pidieron a Moisés que subiera de nuevo y negociara con el Señor alguna reducción. A los tres días regresó Moisés y les comunicó:
-Les traigo dos noticias: una buena y una mala. La buena es que los diez mil mandamientos quedaron reducidos a diez. La mala es que sigue lo de no fornicar.
¡Hasta mañana!..