El viajero camina junto al mar y ve a un pescador.
Tiende su anzuelo el hombre, y su sedal es una línea de plata en la penumbra del amanecer. Luego espera. El arte de pescar es el arte de esperar.
El viajero camina junto al mar y ve a otro hombre.
Ha puesto varios anzuelos en varias cañas que fijó en unos artilugios clavados en la arena. Tras hacer eso el hombre se marchó a su casa. Regresará después para cobrar los peces que picaron.
El viajero vio a un pescador.
Vio también una máquina de pescar.
Dos cosas muy distintas vio el viajero.
Vio a un pescador y vio a un predador.
¡Hasta mañana!..