Un discípulo de John Dee le preguntó su opinión acerca de los libros.
-Son buenos y son malos -respondió el filósofo.
El discípulo se desconcertó.
-No entiendo, maestro.
Y le explicó John Dee:
-Los libros son buenos si te acercan a la vida, pero son malos si te alejan de ella. Así como el dinero daña a quien no lo gasta bien, también los libros dañan a quien no los lee bien. Sólo ha leído bien un libro quien de él saca enseñanza para vivir mejor y para hacer que la vida de los demás sea mejor.
El discípulo entendió bien las palabras del maestro, y supo que el fruto de un libro está en sus páginas, sí, pero está más en aquél que lo ha leído.
¡Hasta mañana!..