La higuera es árbol bíblico.
El olivo y la vid son plantas bíblicas también. Pero la higuera, en cualquier tierra que esté, siempre parece estar en Tierra Santa.
Mi jardín, que es tierra santa -toda la tierra lo es, toda la Tierra-, tiene una higuera de 40 años cumplidos. Lo plantamos mi esposa y yo el primer día que ocupamos nuestra casa. Era, como nosotros, un pequeño brote. Creció, como nosotros, y como nosotros dio su fruto.
Se irá la higuera alguna vez, y alguna vez también nosotros nos iremos. En todos los que se acercaron a la higuera quedará el recuerdo de su abundoso fruto, tan lleno de dulzor. Ojalá de nosotros quede igual memoria. Al hombre, como al árbol, se le conoce por el fruto, y por el fruto es recordado.
¡Hasta mañana!..