El País
PARÍS, FRANCIA.- Monica Bellucci comenzó trabajando como modelo para muy pronto, hace ya 15 años, entrar en el mundo del cine, primero en producciones italianas; más tarde, aceptando pequeños papeles en obras de cineastas reputados -como en Drácula, de Francis Ford Coppola-; por último, desarrollando una carrera ecléctica entre Francia, Italia y EU, alternando cine de autor con cintas pensadas para batir records de taquilla.
Hoy se estrena en España ¿Cuánto me amas?, de Bertrand Blier, una película en la que el cineasta ha elegido a Bellucci para simbolizar lo que actriz y director califican de ?apoteosis de la mujer?.
?Bertrand quiso tener un encuentro conmigo después de verme en Irreversible. Me dijo que le había gustado mucho mi trabajo y que tenía pensada una historia de la que yo podría ser la protagonista?, explica una Monica Bellucci muy elegante, que viste un ceñido traje de cuero y cuya silueta parece haber olvidado el embarazo de Deva, su hija.
?En el momento del rodaje hacía apenas tres meses que había dado a luz y estaba amamantando a la niña. De ahí que aparezca más exuberante, que luzca unas curvas más generosas. Rodar y dar de mamar al mismo tiempo es algo extraordinario, hace que siempre tengas los pies en el suelo?.
En ¿Cuánto me Amas?, la actriz da vida a un prostituta especial. ?De entrada, porque es un prostituta voluntaria, ha elegido serlo. Después, porque es ella la que tiene el poder, la que elige y abandona a los hombres. Tercero, porque no lo hace por dinero o, en todo caso, no sólo por dinero. Es una mujer libre, que cuando ama a un hombre no por eso se priva de seducir a otro. Es la apoteosis de la mujer. Al menos, según Blier?, admite al fin Bellucci, después de haber negado que película y autor adolezcan de misoginia. ?A su lado, todos los hombres parecen pequeños, débiles?.
En Francia, ¿Cuánto me Amas? ha sido vista por más de 600,000 espectadores, una cifra importante para un proyecto no convencional, que juega con las rupturas de tono, desinteresándose del naturalismo o de los efectos clásicos del realismo de la imagen. La teatralidad lo impregna todo. ?Hay cineastas que sólo se interesan por lo que se ve, por la imagen, pero Blier escribe sus diálogos, quiere que escuchar sea tan importante como ver?. Hijo de actores, Blier sabe manejarse con ellos. ?Logra que te sientas única, que creas que cada palabra la ha escrito especialmente para ti, que sin tu presencia la película no sería posible?.
Las arias de ópera son parte importante del universo sonoro del filme. ?Puccini o Verdi están ahí como las referencias a la pasta o a mi acento. La cultura italiana es muy importante en la película. No sé si Blier pensaba en algunas actrices en concreto, si yo tenía que transmitir al espectador mitos similares a los de Sofia Loren, Claudia Cardinale, Anna Magnani, Gina Lollobrigida o Sylvana Mangano, es decir, las grandes estrellas del cine italiano que conocieron una popularidad que trascendía ampliamente las fronteras transalpinas, que tuvieron una, pequeña o grande, carrera en Hollywood?.