El Universal
MÉXICO, DF.- La historia de Montecristo nunca fue desempolvada y a más de 150 años de su creación, sigue vigente, no sólo en su lectura, sino en melodrama. Un grupo de escritores argentinos, con el apoyo de la obra del francés Alejandro Dumas, tomaron la iniciativa de adaptarla en pleno Siglo XXI y venderla a nuestro país.
Hoy es una historia diferente y armada con sensatez, no sólo dicho por los buenos niveles de rating, sino por el compromiso de los actores.
El personaje de Santiago (el legendario Edmundo Dantés en la libro de 1846), a cargo del actor argentino Diego Olivera, ha caído en la simpatía de las mexicanas, no por su personaje, sino él se lo atribuye a al profesionalismo y disciplina.
?Pienso que hay que morirnos en la línea, si esto es un fracaso asumámoslo y si es un éxito pues no defraudemos al público. Si el público pide, uno tiene la responsabilidad de dar y darlo bien?, aclaró el actor. La obra original aborda al ser humano desde el amor, la amistad, la venganza, hasta la avaricia, los celos y el poder. La actriz Silvia Navarro y su personaje de Laura (Mercedes en el libro original de 1846) considera que es un tributo y no se trata de mejorarla.
?El conde de Montecristo como novela es un clásico intocable.
La historia muestra las pasiones y la realidad de los seres humanos, platicando con uno de mis maestros que es Raúl Quintanilla, me decía que conforme pasan los años, los seres humanos que están recluidos en el libro cada vez los entiendes mucho mejor?.
Aunque el actor Diego piensa lo contrario: ?Como la música, siempre es mejorable y puede evolucionar, lo que creo es que las historias tienen que ser simples en cualquier orden de la vida porque el conflicto es universal y con complejidad se pierde el interés; sin embargo, cuando es lógica para el corazón es lógica para la razón?, es la tesis de Diego Olivera.
?Siempre es muy interesante un clásico y más aplicado a la realidad pues requiere trabajo y claro que se puede mejorar?, agregó el primer actor Fernando Luján.
A la actriz Julieta Egurrola le hubiese gustado que la historia se apegara más a la de Dumas de siglo XIX, pero entiende que en una telenovela, lo más importante es el amor.
?La historia me gustaría que fuera más apegada a la novela, hay referencias, pero no del todo a la historia; sin embargo, estoy contenta porque los personajes están muy coherentes con la realidad?, dijo.
La original que narra la historia del marinero Edmundo Dantés abordo del buque ?El Faraón? que mientras planea casarse con su amada Mercedes, es injustamente acusado de bonapartista, luego del exilio de Napoleón, y lo toman prisionero.
En Argentina la historia se adaptó al tema de la dictadura militar (1976-1983). Y en México se tenía pensado aplicarse al movimiento de 1968, pero las edades de los personajes no coincidían y se tuvo que denunciar el tráfico de infantes.
Apasionada para todo lo que realiza, Silvia Navarro de 28 años sabe que cerrar con broche de oro su participación en la telenovela Montecristo es importante para abrir otro ciclo de ?aprendizaje? en el Séptimo Arte.
?Es muy importante, siendo el último contrato que tengo con la empresa (TV Azteca), era importante cerrar con una buena historia?, dijo mientras sopeaba una dona de chocolate en su capuchino que ella misma preparó.
La actriz, misma que tomó clases de actualización en un taller de la Facultad de filosofía y letras de la UNAM, siempre imaginó que Montecristo se inclinaría más al melodrama que a la obra de Dumas.
?Pienso que es más un tributo al conde de Montecristo, más que una adaptación. Disfruto mucho esta historia, siento que no hay paja, las cosas se están dando y cada vez más se pone más interesante?, comentó. la actriz.
Sin embargo, el éxito es atribuible a la empatía que los protagonistas y antagonistas tienen con el clásico El conde de Montecristo y en parte a la química entre Santiago (Diego Olivera) y Laura (Silvia Navarro).