Ginebra, (EFE).- Más de 200 millones de mujeres se han incorporado al mundo laboral en los últimos diez años, con lo que ya ocupan el 40 por ciento de todos los puestos de trabajo, informó el director general de la Oficina Internacional del Trabajo, Juan Somavia.
Con motivo de la celebración mañana, miércoles, del Día Internacional de la Mujer, que este año se celebra bajo el lema "La mujer en la adopción de decisiones: enfrentando los desafíos, generando el cambio", Somavia apuntó que se trata de una jornada que "rinde homenaje al valor y la entereza de las mujeres, así como a sus avances y realizaciones en todo el mundo".
Agregó que también ofrece, fundamentalmente, "la ocasión para reconocer que la plena participación y ejercicio de los derechos de las mujeres en todo el mundo son esenciales para afrontar los retos más difíciles que amenazan a la sociedad en los planos social, económico y político".
En su opinión, cada día hay más oportunidades para las mujeres y, "poco a poco", las diferencias laborales por motivos de género se reducen, se eleva su nivel de educación y crece su participación en la actividad empresarial.
Aún así, el 60 por ciento de los trabajadores pobres en el mundo son mujeres, lo que demuestra, según Somavia, que "la feminización de la pobreza, así como la discriminación por motivos de género, son también realidades cotidianas".
"A pesar de lo que se ha avanzado, en todo el mundo subsisten desigualdades notorias en el lugar de trabajo", denunció Somavia, quien recordó que aún hay una importante disparidad salarial entre sexos y en la calidad de los trabajos a los que accede cada uno.
Mientras que las mujeres en cargos con poderes de decisión siguen siendo una pequeña minoría, las responsabilidades respecto al cuidado de los familiares siguen recayendo fundamentalmente en ellas, recordó el responsable de la OIT.
En ese sentido, recordó que el empleo decente -fundamental para lograr un desarrollo social y económico equilibrado, según lo aprobado en la última Asamblea General de la ONU- se basa en "el respeto de los principios y derechos fundamentales en el trabajo, entre los que figura la libertad contra la discriminación".
"Al aumentar los ingresos de las mujeres y ofrecerles mejores oportunidades, se ayuda a las familias a salir de la pobreza y se impulsa el progreso económico y social", argumentó Somavia.
Por ello, el director general de la OIT pidió que toda la comunidad internacional haga "el firme propósito de promover el trabajo decente como instrumento fundamental en la búsqueda mundial de igualdad de género y justicia social".