OTÁEZ, DGO.- La imprudencia mató al octagenario Francisco Díaz Valenzuela, quien al encontrarse soldando un tambo lleno de gasolina causó una explosión que le produjo quemaduras en el 50 por ciento del cuerpo.
A pesar de los esfuerzos por parte de los médicos que lo atendieron en un hospital de la ciudad de Durango a donde fue trasladado de urgencia, Francisco, quien tenía su domicilio en el poblado Cardos, municipio de Otáez dejó de existir a los 87 años de edad.
Los hechos ocurrieron cuando se encontraba trabajando en los patios de la empresa minera ?El Herrero??, donde se daba a la tarea de aplicar soldadura en un recipiente, solo que estaba lleno de gasolina, y al contacto con el fuego, por obvias razones causó una explosión.
El anciano resultó en el momento con quemaduras de segundo y tercer grado en el 50 por ciento de la superficie corporal, lesiones que fueron de gravedad y por lo que lo trasladaron la tarde del pasado viernes a la ciudad de Durango.
Sin embargo ante la gravedad de las lesiones y la avanzada edad de Francisco los esfuerzos de la ciencia medica no fueron suficientes, ya que horas más tarde dejó de existir, pues falleció los primeros minutos de ayer, después de una corta agonía.
De esta manera se registra un fatal accidente, en donde no hay delito que perseguir, pues quedó en evidencia que el descuido del hoy occiso fue la causa del accidente.
