Los indígenas duranguenses desconocían que ayer se conmemoró su día
El Siglo de Durango
En el Día del Indígena que se conmemoró ayer, se confirmó que la situación por la que atraviesan las etnias sigue siendo deprimente, mucho más cuando pese a que se han denunciado las pobres condiciones en las que viven en el albergue indígena, el DIF Estatal no los ha visitado, afirman los entrevistados.
Se esperaba que siquiera los mismos indígenas tuvieran conocimiento de que ayer se festejaba su día, pero ninguna de las mujeres que se encontraba en el albergue sabía de tal noticia.
Hace algunas semanas, El Siglo de Durango acudió a este lugar ubicado sobre la calle Alberto Terrones -antes Pateros-, donde existen decenas de aborígenes ahí albergados, pero con mucha precariedad.
Ya se había hecho del conocimiento de las autoridades estatales, principalmente del DIF, que ahí se encontraban por lo menos dos familias que están viviendo literalmente bajo plásticos en el patio y que son presas de la lluvia que en esta temporada se está registrando.
Margarita Flores de la Cruz es del poblado Los Llanos, del municipio de Mezquital. Habla poco español, pero sabe que tiene tres hijos, el menor de algunos meses, y los otros entre los dos y cinco años de edad. Vive bajo un plástico que trató de adecuar como casa de campaña, pero obviamente carece de puerta. Utilizan como cama un gran número de ropa apilada, gran parte en costales, o al menos eso parece.
Su interior no tiene forma y ahí vive y duerme toda la familia. Margarita Flores dice que espera a su esposo, del que ignora en qué trabaja, pero por lo menos sabe que por esto no está ?en casa?.
Margarita Flores dice que cuenta con 37 años, pero su aspecto es de casi 50; dice que ya tiene viviendo en el albergue en el patio, y bajo un hule, un año. Al igual que otra vecina de ahí, de nombre María Pomposa García Flores, de 50 años, pero que parece de 70, se encuentran a la espera de los hombres que deben llevar diariamente el sustento para poder comer algo. Margarita Flores dice que es originaria del poblado La Candelaria del mismo municipio.
Ninguna de ellas sabe que ayer se festejó el Día del Indígena, al igual que una niña de 14 años, Velia Marina Aguilar Reyes, originaria del poblado Charcos, Mezquital, que también espera encontrar trabajo de lo que sea. ?Puedo lavar platos o ropa, o lo que sea?, señaló.
Velia Marina afirma que estudió hasta primaria y que se encuentra en el albergue porque su madre está trabajando como ayudante de cocina. Y ella no tiene más allá de cuatro días en el albergue y conserva la esperanza de que la ocupen de lo que sea, con tal de ganar algo de dinero para llevar a casa.
Autoridades no se acercan
El albergue indígena ubicado sobre la calle Alberto Terrones -antes Pateros-, casi en el centro de la ciudad, requiere de un serio mantenimiento. Si bien cuenta tal vez con los servicios básicos, el lugar prácticamente ha quedado en el olvido de las autoridades estatales, incluso de las municipales.
El DIF Estatal prometió que se ocuparía nuevamente de buscar vínculos para ofrecer talleres como el de carpintería, con el que podrían subsistir y ser productivos, pero tampoco ha existido algún acercamiento.
Por otro lado, ya Blanca Estela Castro de Herrera, presidenta del DIF Municipal, había anunciado que los mismos ayuntamientos son los que deben ofrecer ayuda a los grupos de indígenas que se encuentran en el albergue.
Ofreció el Albergue Municipal para que los indígenas pudieran hacer uso de él, pero al parecer tampoco estas autoridades han hecho nada por acercarse, puesto que los aborígenes que se encuentran en el patio de este lugar, sufriendo las inclemencias del tiempo, continúan ahí.
