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NÁPOLES, ITALIA.- Setenta mil Nápolestanos presenciaron ayer el empate de 1-1 del Nápoles con Juventus, en la décima fecha de la serie B de Liga italiana.
A los 23 minutos, Alessandro Del Piero convirtió el gol juventino con un tiro libre alto, preciso, que superó la barrera del Nápoles y el arquero ni siquiera se alcanzó a mover cuando ya el balón estaba dentro del arco.
El gol dio vida a un partido de dos equipos que, hasta ese momento, tenían miedo de perder y sobre todo se defendían.
El Nápoles se lanzó con desesperación en búsqueda del empate, dejando de lado toda preocupación y miedo.
Le bastaron cinco minutos para logra el empate con Mariano Bogliacino, con un tiro al vuelo a la altura del área chica.
El arquero juventino y de la selección campeón del mundo, Gianluigi Buffon, evitó con un par de atajadas la euforia de los expresivos "tifosi" Nápolestanos.
El gol de Juventus tuvo la virtud de cambiar totalmente el partido, transformando un encuentro opaco en un hermoso duelo de dos adversarios que se batieron a partir de ese momento con tenacidad.
Fue también un encuentro de la añoranza, en que todos recordaron los tiempos mejores, cuando disputaban en la serie de honor uno de los clásicos más importantes del calcio italiano, con figuras de primer plano, como Diego Maradona en el Nápoles y Michel Platini en Juventus.
Ni siquiera un encuentro de Liga de Campeones provoca siempre tanta expectación e interés, en que sus organizadores calcularon que el partido lo vieron diez millones de personas en todo el mundo.
Juventus viajó a Nápoles con una enfermería muy nutrida: seis de sus titulares no pudieron viajar por lesión, entre los cuales, el delantero franco argentino David Trezeguet.
El equipo titular partió con el atacante uruguayo Marcelo Zalayeta y el centrocampista argentino Mauro Camoranesi.
Juventus quedó con 17 puntos y se ubicó en el cuarto lugar y Nápoles 16, en el quinto puesto.
